Temperley y Tigre igualaron esta noche 1 a 1 en el sur del Conurbano, en un partido que se desdibujó en los minutos finales a partir de un polémico gol que le permitió al elenco visitante llegar al empate, en un partido válido por la cuarta fecha del Torneo Julio Humberto Grondona.
Fernando Brandán inauguró el marcador a los 3 minutos del complemento para el dueño de casa, mientras que Marcelo Larrondo estableció cifras definitivas al marcador a los 31 de esa etapa, tras parar el balón con el brazo.
Ambos equipos se enfrentaron luego de transcurrida una década desde la última vez que habían jugado, que fue en el certamen de Primera B Metropolitana.
A contramano de un lógico rol protagónico que debería asumir por su condición de local, Rezza diseñó una estrategia contragolpeadora para lastimar a Tigre.
Dicho plan le dejó al conjunto de Victoria el monopolio del balón, situación coyuntural en la que no parece sentirse habituado el elenco del Norte del Gran Buenos Aires jugando fuera del José Dellagiovanna.
Temperley se abroqueló en el fondo y dependió demasiado del peligroso Dinenno para generarle alguna zozobra al seguro García.
A los 26 minutos el delantero a préstamo de Racing le pegó con comba desde fuera del área y el balón dio en el palo izquierdo del ex guardavalla de Boca Juniors.
Asimismo el citado ariete ensayó un furibundo remate que provocó otra intervención del golero a los 38 minutos.
A todo esto Tigre no hacía pie al no tener gravitación Luna ni Larrondo ante las pálidas actuaciones de Itabel y Wilchez, sus naturales abastecedores, además de excederse en la búsqueda aérea de los primeros.
El marcador en blanco con el que se retiraron al entretiempo no reflejó la mayor aptitud “gasolera” a la hora de definir su estilo de juego ante un adversario que se sintió claramente incómodo teniendo la iniciativa.
El hermoso tanto de Brandán apenas comenzado el complemento (remate con tres dedos desde fuera del área) redimió al local de la injusticia citada pero a la vez lo hizo ingresar en un peligroso conformismo que se potenció con el inexplicable cambio de Oroná por Brandán.
Dicho retraso a la postre lo llevó a resignar dos puntos cuando Wilchez (en uno de sus escasos aportes) ubicó a Larrondo con un pelotazo largo y el goleador, quien bajó la pelota con la mano ante la pasividad del árbitro Argañaraz, definió de manera tan poco ortodoxa como efectiva.
En el segundo tiempo el cotejo se hizo un tanto más ardoroso y se alternaron en la creación de situaciones de riesgo.
A los 3 minutos, Temperley abrió el marcador con un terrible zapatazo de media distancia, que hizo imposible la estirada de García.
Ambos equipos se despojaron de cierto amarretismo con el que encararon el match y sendos arqueros mostraron sus condiciones ante entradas francas rivales.
A los 19 minutos Crivelli le sacó un remate con destino de gol a Paglialunga mientras que su colega “matador” impidió a puro reflejo el segundo tanto local al desviar un disparo de Dinenno a los 26.
Sin embargo, luego del gol, el “Gasolero” se tiró en forma peligrosa atrás y Tigre lo supo aprovechar tratando de meter a su rival contra el propio arco.
Fue así que a los 31 minutos el “Matador” llegó a la igualdad con un gol más que polémico, ya que Larrondo bajó el balón con el brazo y casi rozando la mano para luego meter el balón en la red.
A pesar del quedo final Temperley parece estar pagando con dignidad un lógico derecho de piso en la categoría aunque su veterano entrenador tendrá que aceitar todavía algunos circuitos que convierten al equipo Celeste en una formación tan enjundiosa como irregular.
Respecto a Tigre deberá suplir el inconveniente de quedarse huérfano de marca por las bandas, además de hallar en lo inmediato un reemplazante natural del añorado Peñalba.