Mañana recién se cumplen 15 días de la gestión que encabeza Norberto Speciale en
Central y el presidente ya tuvo la necesidad de salir a marcar la cancha. Estableció plazos.
Respaldó a los jugadores. Y le mandó un mensaje claro y contundente a ciertos representantes
futbolísticos. “El que le quiera hacer daño a Central que lo haga rápido y sacándose la
careta, así de una buena vez podemos terminar de armar el plantel para volver a primera”,
aseveró el máximo directivo. Y avisó que mañana tendrá que estar en Rosario Fernando Hidalgo,
representante de Burdisso y Braghieri, para terminar con la situación de los dos zagueros. Adelantó
que los refuerzos deberán estar todos antes de fin de mes. Y valoró la generosidad del Kily
González por haber elegido volver a pesar de tener ofertas económicas más ventajosas en otros
clubes. “Es el gran refuerzo”, calificó, al tiempo que destacó la actitud de la mayoría
de los futbolistas que integran el plantel.
"Nunca voy a dejar de pensar que el jugador es un ser humano. Eso es lo primero
que pienso. Pero también son seres humanos el millón de canallas a los que represento como socios e
hinchas de Central, que están ansiosos para saber cómo se arma el equipo. Yo me debo a ese millón
de personas”, enfatizó el flamante presidente canalla.
—¿Qué ocurre con los casos de Braghieri y Burdisso,
que admitieron su deseo de emigrar de Central a pesar de que no hayan llegado ofertas?
—Son dos chicos muy jóvenes que les tocó vivir la promoción y el
descenso. Por eso tal vez no están bien anímicamente. Es evidente que con estos jugadores hay todo
un entorno que de alguna manera los está perjudicando. Reciben malos consejos y hay que enseñarles
a transitar en la vida por el camino correcto. Ahora si se anda por la banquina, los únicos
perjudicados serán ellos. Porque cualquier persona que pueda tener algún provecho con esta
situación, hará su negocio individual y se terminó la historia. Pero los chicos tiene 10 o 15 años
más de carrera por delante y no creo que a ningún equipo serio del mundo le interese tener en su
plantel, en su patrimonio, a jugadores conflictivos.
—Ellos tienen contrato hasta junio del año que viene.
¿Hasta cuándo Central aguantará esta situación de indefinición sobre el futuro de estos jugadores?
—Estoy esperando que el lunes (mañana) venga a Rosario la persona
(Hidalgo) que en principio maneja a estos dos chicos. Luego de la reunión el tema debe estar
resuelto para que el director técnico pueda definir si cuando hay práctica de fútbol los cuenta en
el equipo o no. Si no cuenta con ellos igual seguirán practicando en el club, pero no en la línea
de cuatro del equipo principal. No podemos correr el riesgo de que el día antes de que se inicie el
torneo venga una oferta y se vayan. Merlo respalda nuestra determinación. Esta incertidumbre
depende más de los entornos que de los chicos. Esperemos que el representante venga con un planteo
coherente. No queremos manejarnos con gente inescrupulosa. No tengo interés en negociar con gente
que tenga esta característica. Tal vez esté equivocado, pero hasta ahora me están demostrando
eso.
—¿La bronca está más con la gente que lo representa
que con los jugadores mismos?
—No es bronca. Porque hay que manejar esta situación con
inteligencia. No voy a perjudicar a nadie. Pero tampoco permitiré que perjudiquen a Central. Esta
gente hace muchos años que está en el fútbol y se podrá manejar en cualquier ámbito menos en
Arroyito. Incluso hay algunos representantes e intermediarios que van a la cancha a ver a sus
jugadores con los que nos fuimos a la B y después vienen a presionarte, a decirte que si no aceptás
esta oferta no te renuevo el contrato. Igual, los representantes no son todos iguales y muchos
trabajan muy bien. Ahora tenemos cinco o seis contratos por resolver y tratamos de negociar en
forma equilibrada. Los jugadores no deben ser el pato de la boda.
—¿Qué ocurre con Zelaya?
—Creo que fue un jugador injustamente castigado por la gente de
Central, entre los que me incluyo porque estuve en la tribuna. No se lo puede responsabilizar del
descenso ni mucho menos por algún gol que se erró. Central descendió por un proceso, no por un
jugador ni por el último plantel. El Cachi necesita renovar un poco el aire y jugar en otro club.
Será uno de los mejores delanteros del fútbol argentino. La idea es vender un porcentaje del
pase.
—¿A qué sectores de la cancha le están apuntando
los refuerzos a pedido de Merlo?
—Estamos buscando un marcador de punta izquierdo y otro derecho,
un delantero por afuera y un carrilero por izquierda. Por acá pasan los refuerzos. No quiero tirar
nombres hasta que no estén cerradas las gestiones porque la gente se ilusiona mucho y debe hacerlo
a partir de casos resueltos. En diez días más vamos a terminar de conformar el plantel y luego
iremos de pretemporada a Ramallo para que Merlo termine de darle forma al equipo.
Ejemplo Kily. Los directivos consideraron al Kily como "el mejor refuerzo" y
destacaron su actitud porque privilegió a Central por otras ofertas muy superiores desde lo
económico. En otro orden, Caraglio y Chitzoff, con la anuencia del cuerpo técnico, serían
negociados.
Lo que viene. Cuatro refuerzos de jerarquía prometió sumar Speciale. Además está
la idea de incorporar a algunos jugadores como una apuesta a futuro, que lleguen tanto del fútbol
local y de afuera.