El no está y la selección lo siente. Es indudable. También simple de demostrar. Desde el juego, obvio. Por los resultados, ni hablar. Basta con repasar los números de los 9 partidos jugados por el equipo nacional en las eliminatorias camino a Rusia 2018. Un sendero que se presume favorable más allá de la posición actual, en el quinto puesto, el del repechaje, pero con otros nueve cotejos por delante y una historia que siempre pesa. Un peso que también va de la mano de tener al mejor jugador del mundo jugando con la camiseta 10: Lionel Messi.
Leo actuó sólo en 3 encuentros. Y fueron tres triunfos: 2-1 a Chile tras la cordillera, 2-0 a Bolivia en tierra cordobesa y 1-0 a Uruguay en suelo mendocino. El tema se hace más fuerte porque Argentina sólo ganó uno de los otros seis cotejos, con cuatro empates y una derrota, aquella en la primera fecha en el estadio de River (0-2).
Dos lesiones privaron a la albiceleste de contar con el crack rosarino. De arranque estuvo ausente en los primeros cuatro enfrentamientos porque allá por octubre de 2015 estaba en recuperación de una rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda. Entonces estaba el Tata Martino al frente de la selección, en un comienzo tambaleante porque tras aquel golpe de la final perdida en el Mundial de Brasil 2014 y la caída de local ante los ecuatorianos también le siguió un empate en cero ante Paraguay, de visitante, y un 1-1 en cancha millonaria con los brasileños.
Fue duro ir a Colombia en noviembre de 2015, pero allá sin Messi y con un gol de Biglia, Argentina ganó el único partido sin la Pulga.
Y con la recuperación de Messi aparecieron tres victorias al hilo. Obviamente, no por casualidad. El plus de contar con su juego fue más allá del técnico del equipo, porque con Martino en marzo de esta año llegaron el 2-1 en Chile y el 2-0 a Bolivia (Leo convirtió un penal a los 29'), a lo que se sumó el 1-0 a Uruguay con la conquista del jugador de Barcelona a los 43', ya con la dirección técnica de Bauza, que lo convenció de volver a la selección después de aquella renuncia tras perder la final de la Copa América Centenario en Estados Unidos.
Entonces las posiciones de las eliminatorias tenían a Argentina como único líder con 14 unidades.
Pero una nueva lesión (pubialgia primero y desgarro al toque) dejó afuera al 10 y en los últimos dos partidos la selección apenas sumó empates (ambos 2-2). Ante rivales de escaso nivel como Venezuela y Perú, más allá de visitarlos, y que bajaron las acciones del equipo hasta el quinto puesto.
Es duro decirlo, pero hay que aceptarlo. Sin Messi no es la misma selección. Se ve en el juego, también en los resultados.