Sin merecerlo, Newell's cayó en Liniers

Newell’s hizo mucho y se quedó sin nada. Tuvo mayor empuje y se le an imó a Vélez, uno de los punteros del Clausura. Acumuló méritos suficientes para llevarse ese punto de oro que había soñado durante la semana. Pero un error fatal del árbitro Diego Abal y la inacción del asistente Marcelo Aumente le impidieron al conjunto de Caruso alcanzar el objetivo buscado.

  Se sabía de antemano que la misión no era sencilla. Se enfrentaba a uno de los líderes y en una cancha inexpugnable desde hace mucho tiempo para los leprosos. Caruso minó el mediocampo con el fin de centrar el juego en esa zona e intentar dar el golpe. Se corría un riesgo, porque si Vélez lograba desnivelar en el arranque todo podía hacerse trizas. Y ocurrió. Pero por una equivocación garrafal de Abal, quien compró una simulación de Escudero adentro del área.

  Esa jugada cambió el rumbo del partido. Porque no sólo terminó en el gol de Vélez, sino porque modificó la idea original de Caruso. De ninguna manera existió infracción de Schiavi a Escudero. Todo arrancó con una maniobra de Vangioni, quien le cedió la pelota a Bernardello y el Cabezón la perdió con Ríos. La recuperó Ré, le ganó a Santiago Silva y se la entregó a Bernardello, quien nuevamente se equivocó. El rebote lo capturó Escudero, que ingresó con pelota dominada y al límite del área se desplomó como si Schiavi lo hubiera tocado. Simuló porque la pierna del Flaco ni siquiera lo rozó. Poco le importó el regalo del árbitro al ex canalla Leonel Ríos, quien puso la apertura del marcador.

  Lo planeado se vino a pique y hubo que cambiar. Había que salir a remontar el resultado adverso y con el mismo esquema original, con una línea de tres atrás y la superpoblación de volantes. Newell’s logró apoderarse de la pelota. Claro que ahí perdía poderío porque no encontraba la definición y además se repetía con los pelotazos aéreos.

  En una de esas tantas acciones, Da Silva quedó sólo para definir y pareció que Bustos lo tocó cuando iba a definir. Abal, a diferencia de lo que pasó en la jugada de Escudero, no compró la simulación.

  Con Cabrera en la cancha, Caruso buscó más manejo de la pelota y fútbol en el circuito ofensivo. Así Spolli apareció como un delantero más y a medida que los minutos transcurrieron Schiavi se sumó a la zona de ataque junto a Salcedo, Da Silva y Ferreyra, quien debutó con la camiseta rojinegra. El empate estuvo a tiro pero todos los intentos chocaron con la seguridad de Germán Montoya y en la única en que el arquero fue vencido, el árbitro Abal no convalidó el gol rojinegro por posición adelantada de Schiavi tras un tiro libre de Vangioni.

  Newell’s vino a Liniers a buscar un punto. Esa era objetivo principal. Hizo méritos suficientes para conseguir esa igualdad y mucho más. Pero un error de Abal lo dejó penando y con las manos vacías. Igual deberá replantearse algunas cosas. l