Newell's no levanta vuelo. No encuentra respuestas futbolísticas ni da indicios de reacción para mejorar una campaña desflecada. La caída de ayer, sufrida aún más por la manera en que se dio, es consecuencia de un conjunto que no entregó variantes y cuya abulia fue alarmante durante toda una etapa. Ese período en el que Joel Amoroso, justamente él, convirtió el único tanto y dejó a la lepra masticando bronca y desazón.
La agresividad con la que jugó Newell's los primeros minutos, que contrastó notoriamente con lo que ocurriría un rato después y hasta el final, quedó expuesta en una constante presión alta. Recuperó varias pelotas en terreno de Belgrano y sincronizó toques precisos y movimientos constantes para tratar de vulnerar a la defensa celeste. Los encuentros entre Sarmiento y Torres por derecha fueron preocupantes para la visita. Entre los dos crearon una acción propicia al inicio: Torres cedió para Sarmiento y Leal conectó el centro con una pirueta que se fue sobre el travesaño. De inmediato, Leal entregó a Sarmiento, quien abrió para la entrada solitaria de Torres. El juvenil se acomodó para darle de izquierda al segundo palo y la mandó muy alta.
El primer cuarto de hora fue a puro vértigo rojinegro. Se apresuró hasta para sacar los laterales. Pero tal velocidad fue menguando a partir de que el rival tuvo mayor posesión, la empezó a tocar y progresó por izquierda.
San Román no pudo evitar que Sequeira la meta al área, Bianchi le erró al rechazo y Tobías Figueroa la envió a cualquier lado a pocos metros del arco y sin otra oposición que Pocrnjic. Fue algo más que un aviso pirata. Fue la señal de que el trámite se equilibró.
Newell's se diluyó. Sin profundidad, con Leal sin lograr nunca ser el nexo con los volantes, los toques rojinegros en campo adversario terminaron siendo intrascendentes. Torres se empecinó en desbordar y la terminó perdiendo. Sarmiento y Figueroa fueron inconstantes. Rivero entró poco en juego. Faltó conexión en los últimos metros para aproximarse con riesgo, teniendo por delante una defensa que nunca dio señales de máxima seguridad. La intrascendencia del equipo del Parque en el segundo tiempo deparó en un partido sin emociones, deslucido, sin ideas. Es que Belgrano tampoco hizo nada. El rival se sintió a gusto así. Dejó que Newell's la tenga y se replegó. Si en definitiva el local fue algún que otro intento y no más. Ñuls no dio tres pases seguidos. Ni siquiera demostró el ímpetu del arranque. Nadie fue capaz de ponerse el equipo al hombro, de hacer alguna corajeada, de exhibir un rapto de talento.
Para quebrar tal monotonía y la poca frecuencia con la que pisaba el área pirata, Llop se decidió por el ingreso de Guevgeozian por Sarmiento para moverse con dos puntas, ya que lo dejó a Leal, algo que nunca había implementado. Ni el cambio de nombres ni de sistema le cambió la cara a la lepra. Cuando el encuentro parecía encaminado al 0 a 0, Newell's sufrió un golpe letal. Tiro libre de Benítez que dio en la barrera y Amoroso recogió el rebote y la metió.
Newell's se hundió en la desesperación. Fue por obligación. Ni tiempo tuvo para revertir su destino. Y pagó una mala presentación con una derrota que duele, por los puntos perdidos y porque el equipo no dio señales de mejoría.