Newell’s no encontró ni encuentra su norte. No es un equipo seguro ni tampoco entusiasma. Quiso recuperar el fútbol olvidado en este semestre y se quedó en el intento. Alguna vez fue seguro y hoy luce dubitativo, sin una línea a seguir. Busca el resultado por sobre los ideales y enterrando aquella frase de que el estilo no se negocia. Sí, se negocia y se rinde a los pies de un resultado, que es lo que en definitiva importa en un fútbol resultadista y que modifica el pensamiento interior de los hinchas. Por algo tantos entrenadores fueron quedando en el camino del largo campeonato 2015. Hoy la Lepra de Bernardi busca eso, sumar por encima del juego más allá de que su idea futbolística sea diferente a la que plasma en el terreno. Y en la búsqueda de responsabilidades de este pobre andar leproso una parte le cabe al entrenador y otro tanto a un plantel agotado que necesita un recambio.