Lionel Messi al frente del barco, más allá del liderazgo natural que ejerce Lionel Scaloni por ser el entrenador. Otra vez Leo en el centro de la atención, en una selección argentina a la que el recambio no le servirá como excusa. Porque amén de los nombres, las exigencias serán las de siempre, las mismas que había cuando otros tantos caudillos aún formaban parte de esa camada que se quedó con las ganas de lograr algo en la selección y no pudo. Hoy para Argentina lo que comienza frente a Ecuador (a las 21.30 y con arbitraje del chileno Roberto Tobar) es el camino rumbo a Qatar, en el que la Pulga casualmente estará por la postergación del inicio de la competencia sudamericana, que estaba estipulado para marzo de este año. Es que si hubiera arrancado ahí, Leo se hubiera quedado afuera por la suspensión que pesaba sobre sus hombros debido a aquella expulsión frente a Chile, en la última Copa América. Transcurrido más de un año, esa pena caducó y este Messi que viene a la selección en busca de la paz que ahora le falta en Barcelona será el capitán del nuevo navío. Con la Bombonera como escenario, Argentina se vuelve a poner en marcha.