"No estoy contento, en absoluto", dejó en claro Federer en la rueda de prensa posterior al partido. "De golpe él estaba al lado mío. No sabía de quién se trataba y nadie ha reaccionado. No pasó nada, por lo que estoy aliviado, pero no es una situación en la que te guste estar", explicó.
"No debería pasar en una pista como esta. El terreno es nuestro lugar de trabajo y debemos sentirnos seguros", continuó Federer, que ya vivió un incidente similar el sábado pasado, cuando varios niños saltaron a la pista durante un entrenamiento.
Federer estuvo implicado en un incidente más serio en 2009, cuando disputaba la final de Roland Garros ante el sueco Robin Soderling. Entonces un individuo entró en la pista y le puso una bandera en la cara antes de que la seguridad interviniera.