Había cierta inquietud popular cuando llegó a la ciudad para estampar la firma por los próximos 18 meses en Central. Los interrogantes giraban en torno al estado físico puntualmente. Sin embargo, hoy en día esas sospechas quedaron archivadas en el cajón de los prejuicios. Néstor Ortigoza luce a pleno. Brilla con luz propia. El flamante y por ahora único refuerzo se mueve al intenso compás de sus compañeros. Despunta la hoja de ruta de la pretemporada sin tomar atajos. No chapea ni encandila con su respetable palmarés. Incluso hace tareas extras una vez que la sesión oficial llegó al final. Pero hay más. En el seno del plantel canalla confesaron que el Gordo se adaptó prácticamente al grupo el primer día en que pisó el vestuario. Se desenvuelve entre los suyos con simpleza y espontaneidad. Es genuino. También desde el cuerpo técnico derrochan elogios. Sea por la predisposición que exhibe en todo instante como por la técnica que lleva en su ADN.
Se nota que las calles del barrio fueron su cuna. A juzgar por los primeros movimientos, cae de maduro que Ortigoza tiene la mente de un profesional de primer nivel y el alma que sólo se hereda en un potrero. Basta verlo en acción para afirmar esta teoría. Es guapo y tiene picardía. Está hecho a la medida de los clubes en los que el esfuerzo no se negocia.
Llegó hace poquito a Arroyito, es cierto. Pero inmediatamente dibujó algunos gestos que cayeron al pelo en cada uno de los integrantes del plantel y cuerpo técnico. "Estoy muy contento porque con su arribo cubrimos la necesidad de tener un armador. No tengo dudas de que Néstor nos puede dar lo que necesitamos", sentenció sin titubear el entrenador Leo Fernández cuando Ovación lo consultó sobre el experimentado mediocampista.
"Lo veo muy motivado. Es una persona muy educada y alegre. Está muy comprometido porque no sólo cumple con los entrenamientos sino además se queda después de hora para hacer algún trabajito extra. Se mete en el gimnasio o se queda trotando", acotó el técnico auriazul con cierta alegría en su rostro "porque eso habla de que quiere dejar su huella en Central".
El DT además deslizó que "cayó muy bien en el grupo desde el primer momento. Miralo, se mata de la risa con cualquier compañero, sea uno de experiencia o un pibe, él es eso. Es simple y a la vez un jugador muy especial".
Mientras que el profe Horacio Rogolini contó en una charla informal con este medio que "Néstor es uno de los jugadores que son ejemplos a seguir". "Los más grandes en realidad vienen respondiendo de manera excelente, pero Ortigoza está muy bien. Tiene todo para triunfar en este club", aventuró sin dudar.
"Bajó un kilo y medio en tres días. Está bien. Lo conozco y lo veo feliz. Se siente a gusto. El grupo lo recibió como a todos, con los brazos abiertos, y él supo mostrarse tal cual es. Es un jugador que puede aportarle muchas cosas al equipo. Lo ves cómo le pega a la pelota (generalmente lo hace con el pie derecho bien abierto) y ya te das cuenta de que es distinto", respondió ayer a su turno el director deportivo canalla, Mauro Cetto, sobre su ex compañero en San Lorenzo y mientras seguía atentamente la práctica matinal junto a dos integrantes del departamento de prensa del club y Ovación.
En tanto, algunas voces consultadas del plantel le aseguraron en off a este medio luego del entrenamiento que "el Gordo es un crack. Además de que juega muy bien, se mata de la risa, charla con todos y se muestra contento. Miralo ahora, está ahí sentado tomando unos mates en la puerta del vestuario con algunos juveniles y referentes".
Las consideraciones no cesan si de indagar sobre algunas cuestiones específicas del volante de 33 años se trata. La resultante es que Ortigoza se amoldó sin fisuras al mundo Central. Le bastaron un par de prácticas para hablar el mismo idioma. Y no sólo viene trabajando a la par del pelotón en lo que va de al pretemporada que se desarrolla en el country de Arroyo Seco, sino que además se mueve y se siente como uno más del plantel.