Para Central no hay margen ni tiempo que perder. La carrera que corre con el objetivo primordial de lograr un lugar entre los clasificados a la Copa Sudamericana de 2018 no da tregua y para encarar cada partido qué mejor hacerlo con lo mejor que tiene. En esta ocasión no contará con algunas bajas obligadas, pero después de varios partidos podrá poner en cancha a la delantera ideal, al menos en cuanto a nombres. Si es cierto eso que no hay mejor defensa que un buen ataque, el equipo canalla estará obligado a sacarle provecho a la fusión futbolística que hoy pueden ofrecer Teófilo Gutiérrez y Marco Ruben, quienes vuelven a estar juntos desde el arranque después del partido ante Tigre.
La suposición no es antojadiza ni mucho menos. Surge en medio de lo que es el presente del colombiano y la vuelta al gol en el último encuentro (frente a Atlético Tucumán) por parte del capitán.
No son pocos los que entienden que el fútbol se nutre de "momentos". Desde ese punto de vista Central tiene una cita con la reafirmación de su potencial y posibilidades. Los últimos tres partidos tuvieron a Teo como el mejor del equipo, con gol y asistencias, y a Ruben con su reencuentro con el gol, rompiendo con enemistad de larguísima data teniendo en cuenta la familiaridad con el gol que había adquirido el capitán y uno de los máximos referentes.
El equipo fue el principal beneficiado con lo ocurrido en estos últimos partidos. Y para el entrenador Paolo Montero es una tranquilidad enorme, al menos en la previa, saber que puede volver a poner en cancha a los nombres más fuertes y pesados que tiene en ofensiva.
De los cinco partidos que lleva dirigidos el uruguayo, sólo en dos ocasiones pudo hacerlo: ante Godoy Cruz y después ante Tigre, en esta última ocasión por la lesión de Germán Herrera, que fue precisamente en el que empezó a destaparse Teo.
El colombiano es sin dudas el más destacado del equipo hoy. Después de aquel gol con olor a resurrección frente al Matador de Victoria, Teo empezó a mostrar su mejor cara, la que hasta ese momento aparecía sólo a cuentagotas. Es que llegaron las asistencias contra Sarmiento y Atlético Tucumán que lo posicionaron de nuevo no sólo como pieza fundamental del equipo, sino también en el sentimiento del hincha.
Precisamente su última asistencia fue para Ruben, lo que no es un dato menor. Porque fue la jugada en la que el 9 canalla pudo reencontrarse con el gol después de mucho tiempo (la última vez que había convertido por el torneo local había sido en la 6 fecha, en la derrota 2-3 frente a Estudiantes). Tampoco se trató de una asistencia más teniendo en cuenta la historia de desencuentros que se tejió con aquella discusión por el penal ante Godoy Cruz de la que en estos momentos no es necesario volver a poner sobre la palestra. Si hasta parecen haber quedado para la anécdota aquellas palabras de Ruben, en sorna por cierto, sobre que ahora hacía falta que Teo lo asistiera y las declaraciones del colombiano hace un par de días en la misma sintonía.
Teniendo muy en claro que la ausencia de Ruben en dos partidos (desde el inicio) se dieron debido a cuestiones estrictamente personales, que forman parte, por supuesto, del contexto, Central se dio "el lujo" de arrancar tres partidos (Quilmes, Sarmiento y Atlético Tucumán) sin esa dupla con la que todos en Central se ilusionaron al principio, pero que nunca estuvo a la altura de ese imaginario colectivo.
Hoy la historia parece contar con otros ribetes. El momento de Teo Gutiérrez invita a pensar que cualquier camino es propicio para ser allanado. Y quizá aquel gol de Ruben en el último partido haya ayudado al goleador para abrir el cajón en el que dormían las grandes conquistas (y de muy buena factura) que había logrado tras su regreso a la institución.
Después, el uruguayo Camacho y el Pachi Carrizo deberán romper por afuera además de colaborar en el retroceso, Gustavo Colman quizá deba manejar la pelota más cerca del área rival y no allá lejos, al lado del volante central (en este caso Martínez) como suele hacer. De ellos también dependerá que Central adquiera peso ofensivo para hacer que sus dos delanteros, los mejores que tiene el equipo, puedan estrechar lazos futbolísticos en la medida de lo esperado. Al menos en la previa es una nueva invitación.