La duda se extenderá hasta hoy al mediodía, cuando Paolo Montero confirme el equipo, pero las noticias que surgieron del entrenamiento futbolístico de ayer a puertas cerradas fueron más que buenas para el entrenador. Y gran parte de lo sucedido tiene que ver con la participación de Marco Ruben, sobre quien se trabajó de una manera especial para que pueda llegar en condiciones. Es que a la aseveración por parte del entrenador la semana pasada de que el capitán iba a llegar al ciento por ciento al partido del sábado contra Argentinos Juniors le faltaba un paso: la prueba en cancha. No está dicha la última palabra, pero los indicios son los mejores. Claro que las novedades no se circunscribieron sólo a la presencia de Ruben. Porque hubo otra movida importante por parte del técnico y que tiene que ver con la aparición nuevamente en escena de Washington Camacho, de quien se esperaba una recuperación más larga, pero que ya estaría listo para salir al ruedo. El volante uruguayo también estuvo desde el arranque para el equipo titular, por lo que cuenta con grandes chances de estar contra el Bicho.
Montero tampoco arriesgó demasiado, ya que a mitad del ensayo sacó a Ruben y Camacho (también dejó la cancha Colman), pero el hecho de que hayan estado desde el inicio no es poca cosa.
Hasta aquí Ruben había dado señales de que la recuperación venía transitando por los carriles indicados, amén de que se tomaron los recaudos necesarios para no darles lugar a los contratiempos. Esto es, hacer todo tipo de trabajos pero sin que hubiera riesgos de contacto (se estaba recuperando de una molestia en la parrilla intercostal izquierda).
Pero ayer todo fue distinto. El capitán estuvo entre los once y lo hizo en compañía de Fernando Zampedri. Es que en ese punto también había ciertas dudas en Montero, sobre si jugársela por el ex Atlético Tucumán o bien inclinarse por el Chaqueño Herrera, de gran partido contra Boca por Copa Argentina.
De igual forma, hubo algo que tuvo la misma (o más) importancia que la presencia de Ruben. Se trata de la participación de Camacho, también desde el vamos para el equipo titular, lo que le abriría al menos una pequeña posibilidad de retornar al equipo.
Lo llamativo en este caso es la rápida recuperación de parte del uruguayo. Por aquel esguince que sufrió en la previa del partido contra Temperley se habló de un tiempo de seis semanas (45 días) para volver a estar apto para la competencia. Menos de 30 días pasaron de esa lesión (fue el 15 de septiembre) y el volante ofensivo ya está carreteando nuevamente.
Decir hoy que Camacho jugará es cuanto menos arriesgado. Demasiado. Justamente porque la de ayer fue la primera prueba en campo en medio de una práctica de fútbol (la idea que siempre manejó el cuerpo técnico es contar con él para el partido de Copa Argentina ante Godoy Cruz) y seguramente Montero se tomará todo el tiempo que tenga para analizar el tema, lo que seguramente incluirá una charla a fondo no sólo con el cuerpo médico, también con el propio jugador.
Ahora, lo que provocó ayer la aparición de Camacho fue otro reordenamiento de piezas. Porque quien dejó el equipo fue Marcelo Ortiz, de quien Montero había dicho la semana pasada que iba a jugar. Nuevamente Mauricio Martínez estuvo en la zaga central (en la posición del suspendido Fernando Tobio), lo que también es un dato relevante. Así arrancó la competencia el canalla en defensa en la Superliga y se mantuvo hasta que le llegó el turno a Tobio.
Después, en medio del entrenamiento llegaron algunas variantes, lógicas por cierto. Es que Ruben dejó la cancha y en su lugar ingresó Herrera. Y lo propio sucedió con Federico Carrizo cuando a Camacho le tocó salir. Otra de las variantes fue la de Maximiliano González por Colman.
El único cambio que parece confirmado es el de Elías Gómez por Parot. Por lo demás, será decisión de Montero si Camacho juega o no. De lo que no caben dudas es de que si el uruguayo vuelve al ruedo lo hará en lugar de Tobio (expulsado ante San Martín de San Juan), con ese reacomodamiento de nombres.