Nada mejor para un equipo que su 9 pague con goles. A partir de ahí todo es mucho más fácil para sentar las bases en el intento de aspirar a cosas importantes. Este Central puede dar fe de ese espaldarazo al que Marco Ruben le viene dando vida. Es cierto que convirtió en dos de los cuatro partidos, pero el hecho de tener ya cuatro en su cuenta personal es para tener en cuenta. Ese arco que suele tener entre ceja y ceja lejos está de visualizarlo más chico de lo habitual. En Bahía Blanca se le abrió en forma. El lo aprovechó. Central lo disfrutó. Y que la simbiosis vaya tomando cada vez más forma no es fácilmente soslayable. Porque mientras el centrodelantero pueda hacer de las suyas, el equipo de Coudet transitará, inexorablemente, por la hoja de ruta prevista. Al menos la que se había planificado ya con los motores encendidos pero antes de poner primera en el torneo.
Es tan corto el camino que lleva recorrido Ruben tras su retorno al club que tiempo para soñar es lo que le sobra. Más si continúa a este ritmo. Porque, se insiste, cuatro goles en la misma cantidad de partidos es una marca que abre expectativas. Tal vez eso sea parte de esa sensación de plenitud emocional a la que no se cansa de hacer referencia cada vez que se le pone un micrófono adelante, aunque siempre dejando en claro que no hay espacio alguno para la relajación ni para las creencias de que mientras los resultados acompañen no habrá cosas por corregir.
El hat trick del sábado en Bahía (el primero en su carrera) fue un mimo hacia él mismo. Hasta ahora el momento más lúcido de aquella historia que comenzó a escribirse cuando todavía vestía la casaca de Tigres de México, pero en la que ya sabía que a los pocos días iba a comenzar una nueva relación con el Central que lo había lanzado a la fama. Y ya por aquellos días se mostraba sincero, amén de que también se ilusionaba. "Mis últimos años fueron malos", le dijo a Ovación allá por fines de diciembre en una entrevista en la que no dudó en reconocer que "fue un regalo haber arreglado con Central".
Y su tiempo en Arroyito comenzó. Y le puso pilas a la preparación física, pero siempre sabiendo que su verdadero aporte sería el gol. "Disfruto y estoy ilusionado", advirtió en el medio de la pretemporada. Por eso le vino como anillo al dedo aquel partido amistoso frente a Montevideo Wanderers, en el que se despachó con su primer grito, que no trajo puntos ni nada parecido, pero sí un envión anímico difícil de graficar con palabras. "Ahora tengo esperanza y ambición". A confesión de parte relevo de pruebas. Ese partido y ese gol no habían sido simples elementos decorativos en su vida futbolística. Fueron algo así como el puntapié inicial de cara a lo que se venía, que no era otra cosa que el tiempo de la verdad.
Un detalle: Coudet le tiró la cinta de capitán sin mayores miramientos y eso también fue (y es) una señal fuerte, que no deja margen para duda de quien es para el DT uno de los máximos referentes del plantel.
Pasó Racing con más sacrificio que fútbol. Pasó Tigre con un gol que decretó que Central pudiera sumar nuevamente de a tres. Pasó Crucero del Norte con una actuación apenas discreta. Todo con un Central puntero, condición "que nos gusta", según él mismo se encargó de revelar. Pero a esa corta historia que viene protagonizando le faltaba el capítulo más importante. Fue el que lo tuvo como actor principal, dejando la cancha de Olimpo con la pelota bajo el brazo luego de marcar los tres goles de un Canalla más líder que nunca.
Expectante y lúcido para picar en el momento justo cuando Cervi venía tirando la diagonal, y posterior definición. Atento en el rebote de Champagne tras el remate de José Luis Fernández, con otra certera definición. Qué decir de la tercera conquista, que incluyó un pase al vacío por parte del Chelito Delgado y una exquisitez como culminación de jugada. "Definí así porque fue lo que decidí en ese instante", le dijo a Ovación antes de abandonar el Carminatti. Había sido una obra de arte que no abundan en el fútbol argentino.
PUNCTUATION_SPACEEN_SPACEEN_SPACESalvo que ocurra algo raro en los partidos de hoy, Marco Ruben será "el" jugador de la 4ª fecha. Enorme reconocimiento para el jugador en el que el Chacho Coudet confió desde el primer momento, pero mucho mayor fue el aporte del que, por su gran actuación, se hizo acreedor el equipo. Central, agradecido.