Lucina von der Heyde tiene un vínculo muy especial con Rosario. Si bien los amistosos ante Gran Bretaña que se jugarán desde hoy en el Mundialista la verán por primera vez aquí con Las Leonas, ya sabe de qué se trata ese estadio. Contó que lo sintió como fan durante el Mundial 2010, pero también inició en él sus concentraciones nacionales (regionales). Dio en esta ciudad los primeros pasos hacia su sueño de jugar en la selección y antes que nada, crecer en el hockey. "Me acuerdo de salir los domingos de Misiones, de viajar en micro 15 horas, de despedirme de mi familia llorando porque no quería venir. Era un día de entrenamiento y dos viajando. Y yo era la única jugadora que había quedado de Misiones y me costaba. Acá me quedaba de la hermana de una amiga, Vale Alcaráz, ella me alojaba, llegaba, comía y me iba a entrenar, que para mi era algo único", rememoró ayer en la nota con Ovación. Y agregó: "Estaba en otro nivel, imaginate. Venía de jugar en pasto a jugar en sintético, encima de agua. No conocía el sintético y estaba con chicas que sabían de ese nivel, entrenaban diferente, tuve que adaptarme a muchas cosas".
La volante, que siempre tuvo en claro qué quería, a pesar de que se despedía de su familia llorando, detalló además que en ese momento se sentía "cinco escalones por debajo de las chicas de Rosario y 30 de las de Buenos Aires". Y que entonces, para llegar a donde llegó, tenía que alcanzar primero un nivel y luego seguir trabajando para conseguir el segundo. Rosario le representó eso: el aprendizaje por un lado y las pruebas por el otro. Por eso dice "me trató bien y mal". No era sencillo a los 14 años someterse a tal sacrificio, aunque en el fondo lo deseaba. "Tenía que esforzarme el triple que las demás", contó.
En un alto de la charla, cuando se la consultó sobre si mantenía vínculos con las compañeras de ese momento, admitió que "un poco se perdieron, pero si me las cruzo por ahí me conocen". Detalló que recuerda especialmente el talento de Sofía Villarroya (de Provincial), a quien después siguió de cerca en Las Leoncitas. Nombró a Sofía Cesanelli (de Jockey) y a los varones "con los que nos saludamos cada vez que nos vemos en los torneos Argentinos: Fran Alfonso, Lucas Stramazzo (también de Jockey)". Envió un saludo especial para Nicolás Acosta (ex Leoncito, hoy en Bélgica) y se sorprendió con las vueltas de la vida. Las mellizas Lorenzetti, con las que entrenaba acá (Universitario), se volvieron a cruzar en su camino cuando se fueron a GEBA y hoy son de sus mejores amigas. "Qué loco, ¿no?"