Ella se pasa de largo entretenida con un audio de whatsapp. Por la misma vía él avisa que llegará en 5. Un puñado de minutos más tarde de lo previsto prácticamente coinciden en la puerta. Se saludan y se preparan para una rutina impensada hace unos pocos meses. Antes y después caminan por la peatonal San Martín protegidos por el anonimato, un tesoro que no quieren perder aunque algunas miradas los siguen con persistencia porque los reconocen o les resultan conocidos. La observan más a ella porque tuvo una mayor exposición mediática desde agosto hasta aquí. Son los deportistas, ¿por qué no los personajes?, más importantes de la ciudad en 2016. Esta vez no fue Leo, tampoco Angelito ni Lucha. Este año fue de Ceci y Manu, de Carranza Saroli y Brunet, los medallistas dorados rosarinos en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la clase Nacra 17 de vela y en hockey sobre césped masculino.
Cuentan que casi ni se trataban antes de Río y que ahora les agrada compartir sus vivencias, pesares, hazañas y desventuras deportivas.
Se transformaron en dos referentes del deporte rosarino y ojalá la ciudad sepa cobijarlos para que en el futuro trasmitan y enseñen su convivencia con la alta competencia. Que no quede nada más que en la efusividad de un logro deportivo que empieza a desintegrarse con el paso de los meses. Parece un desafío perdido antes de empezar, pero si al menos hubiera una política deportiva para intentarlo...
¿Les cambió la vida la medalla de oro?
Qué empiece el caballero (risas), quiero saber qué opina el caballero? (CC)
Sacando un poco la medalla de lado, no cambió nada de lo importante, sí el análisis es estrictamente deportivo cambió mucho: pasamos de ser un equipo integrado a la élite a encabezar ese grupo. Más allá de eso no cambió nada ni creo que haya nada que tenga que cambiar. (MB)
Opino más o menos parecido. Cecilia persona sigue siendo claramente la misma de antes. Sí me cambió en cuanto a repercusión mediática porque además el mío es un deporte individual. Me parece muy interesante y lindo porque es una gran oportunidad que tenemos los deportistas de compartir con la gente lo que hacemos para transmitir nuestros valores y nuestras motivaciones, que de repente les pueden servir como motivación a otras personas. (CC)
La reflexión que sigue es la de siempre en el deporte argentino: que no quede en la euforia de los Juegos y se apague al poco tiempo. Que sirva de base para una política deportiva.
Particularmente en mi deporte le echo la culpa a toda la comunidad náutica porque hace 6 Juegos Olímpicos que empezó el boom de la vela y nunca supimos aprovecharlo. Hay deportes que sí supieron hacerlo como el hockey femenino. Las Leonas nacieron a la par de la vela. Ellos pudieron hacer un buen trabajo y nosotros no sé por qué no lo hicimos. Mi deseo es que pensemos cómo hacer para que nuestro deporte sea más popular, para que más gente lo practique y conozca lo que hacemos. (CC)
Ojalá que a partir de este éxito del hockey masculino las autoridades sepan de qué manera trabajar para captar chicos. Nada me pondría más contento que ir al club cuando deje de jugar y ver que sobran los chicos. En mi época a veces me tocaba jugar en dos categorías a la vez porque éramos muy poquitos. Sería buenísimo que haya un boom como en su momento lo hubo con Las Leonas, con Los Pumas después del bronce de 2007 o con la Generación Dorada. El hockey masculino no va a ser nunca ni el rugby ni el fútbol, pero ojalá que podamos tener más jugadores. (MB)
Desde Londres 1948 que Argentina no ganaba tres oros. ¿Creen que fue producto de esfuerzos individuales, de una política deportiva o de ambas cosas?
A medida que pasa el tiempo me doy más cuenta de que los logros vienen por esfuerzos individuales y por sistemas de trabajo que funcionan para conseguir logros. Tenemos un apoyo económico importante particularmente en nuestro deporte gracias a los resultados desde hace muchísimos años, pero si no hubiéramos contado con un equipo con experiencia que ya tenía un sistema de trabajo que había tenido resultados no creo que hubiéramos ganado la medalla de oro. Me refiero a Santiago (Lange), a Daniel Bambicha (PF) y a Daniel Espina (profesor de yoga), que hacen muchísimos años están trabajando de una forma que lamentablemente la conocen sólo ellos y no está implementada en la federación para todos los deportistas. No es un apoyo global que tiene el Comité Olímpico para todos los deportistas. (CC)
Primero se produce el esfuerzo individual a niveles infrahumanos en algunos casos y después aparece una estructura que mejoró. Creo que la creación del Enard fue un gran acierto para los deportistas y en el caso nuestro comenzamos a tener un crecimiento muy importante. La medalla de bronce en la Copa del Mundo de 2014 es una plataforma y desde entonces no paramos de crecer. El punto culminante es el oro de Río, pero hay una gran estructura detrás, un equipo de trabajo al ciento por ciento, cosas que permiten que los objetivos se puedan cumplir. Nosotros tenemos todo lo que necesitamos para poder trabajar de la mejor manera. No es Europa, pero estamos cerca. (MB)
¿Creen que el deportista debe involucrarse con su federación o confederación cuando deja de competir?
Es difícil. Al deportista argentino le tocó hacer muchísimo además de cumplir con su tarea específica de competir y al final de su carrera termina muy cansado. Dice chau, ya está. me voy a dedicar a lo que estudié, o a ganarme la vida, o a lo que sea. Le quedan pocas energías, pero sí me parece una oportunidad única aprovechar la experiencia de estas personas que conocen los sistemas de trabajo y los métodos de planificación para llegar a buenos resultados. Somos las personas que vivimos el deporte desde adentro y quienes tenemos la capacidad de transformarlo. (CC)
Tiene que pasar que el dirigente esté al tanto y actualizado, y que el deportista pueda aportar lo que sabe. Coincido con que el deportista hace tanto más que competir que cuando termina su carrera no quiere seguir ligado a su deporte. Muchos de los jugadores y jugadoras que pasaron por el hockey no están como dirigentes y es una lástima perderlos. Lo que tiene que pasar es que a partir de buenos dirigentes sólo nos dediquemos a competir para que después grandes deportistas tengan ganas de devolverle a su deporte parte de lo que recibieron. (MB)
Las reflexiones siguen, es complejo. Prohibido interrumpir.
Es muy difícil el tema. Particularmente siento la necesidad de devolver algo de lo que se me dio a mí en toda mi carrera deportiva. Probablemente un tipo como Santiago (Lange) quiera darles algo a todos los deportistas que vienen. Se va a ofrecer y lo va a hacer, pero seguramente en el exterior tenga trabajo y pueda vivir de eso. Acá no sé si le pueden pagar un sueldo como corresponde. Hay gente que trabaja ad honorem y no es profesional. En la Federación Española de Vela todos los dirigentes son profesionales y les pagan. Entonces tenés gente adecuada, no a personas que salen de trabajar a las 7 de la tarde y ocupan el tiempo que pueden. (CC)
Cada federación tiene que hacer una autocrítica. Por ejemplo, tengo la certeza que la asociación de hockey de acá no llamó nunca a ningún deportista que haya estado en la élite del hockey. Si una federación quiere ser mejor tiene que estar en contacto con sus deportistas de primer nivel. (MB)
¿Se imaginan como referentes dirigenciales del deporte de Rosario en un futuro?
Ojalá que tenga mi propia motivación para poder aportar y devolver algo de todo lo que me dio el deporte para que la ciudad crezca en ese sentido. (CC)
Manuel estás bastante más enojado con la dirigencia, no creo que la respuesta sea la misma.
No estoy enojado, creo que se podrían hacer las cosas mejor. Si yo fuera el presidente de la asociación de hockey de acá lo primero que haría es levantar el teléfono y decir che Manu, vení a charlar un poco, contame tu experiencia, de qué manera trabajan. Hace 8 años que juego en Europa. Tanto Ceci como yo, por la experiencia y los años transitados en el alto rendimiento vamos a poder aportar un montón de cosas al deporte en Rosario. Sería buenísimo que en un futuro pudiéramos trabajar juntos para devolver un poco todo esto que a nosotros nos dieron en algún momento. (MB)