Walter Montoya es el gran protagonista de este tiempo en el que los clubes buscan reforzarse y si bien le quedan 6 meses de contrato no será sencillo para la dirigencia de Rosario Central poder mantenerlo en el plantel que recién empieza a preparar el DT Paolo Montero. Obviamente, no cualquiera se lo podrá llevar. En el país lo quiere sí o sí Marcelo Gallardo para su River y desde el club de Núñez dicen que ya tienen la plata mínima, que son los 4 millones de dólares que figuran en la rescisión de contrato. Claro, una cifra mucho menor de la que está cotizado por los directivos auriazules. También se rumorea que desde el exterior vendrían a buscarlo, aunque no pasa de sondeos. Por lo pronto, el volante sigue entrenando en Arroyo Seco y así parece que seguirá al menos varios días más.
El jugador nacido en Machagai ya dijo que le gustaría que se concretara una transferencia, que a sus 23 años se siente en un buen momento para partir de Central, pero también sostuvo que no quiere irse mal de Arroyito.
Esta última apreciación es en la que se sienta una base para afirmar que por más que River ofrezca esos 4 millones de verdes no alcanzarán para que se lo lleve.
Además, en el fútbol argentino esta cláusula de rescisión no se cumple por un acuerdo tácito entre clubes, futbolistas y representantes. Aunque últimamente las palabras empeñadas y este tipo de consideraciones está cayendo en desuso, como pasa con los "pases de entrenadores".
Y así como no se utilizaría este método de transferencia, tampoco influiría que aparezcan jugadores del conjunto riverplatense que sumen dólares a las tratativas. Porque no son muchos los que pueden figurar en los planes canallas y que sean ofrecidos. Por ejemplo el caso de Augusto Solari, a quien se mencionó desde Buenos Aires pero que en Central ni lo consideraron, sobre todo porque tiene un fuerte vínculo con la otra vereda rosarina. Y, por ejemplo, difícilmente River accedería si se le pidiera a Ignacio Fernández o Camilo Mayada en parte de pago.
Igual, a la dirigencia canalla no llegó ningún llamado oficial desde Núñez. Claro que tampoco desde afuera. Igual, hoy las arcas auriazules no están apretando para forzar tratativas.
Por otro lado, por más que Montoya se quede hasta junio, en este corto horizonte Central no se juega demasiado. Sólo mejorar la campaña del torneo local, que fue descuidada al máximo en el último semestre, aparece como objetivo. Demasiado poco teniendo en cuenta que esta es la segunda vez que se habla de la partida del volante chaqueño, quien la vez anterior se había quedado para pelear la Copa Argentina, que finalmente se le escapó por poco otra vez.
Claro, esto recién empieza. El movimiento del libro de pases tomará color y calor en la próxima semana y entonces sí habrá chances de que algo se concrete. Es que aparece muy difícil que Central pueda reterner a Montoya, el 8 que el Muñeco Gallardo quiere sumar desde hace seis meses a su River que buscará en este 2017 volver a jugar la Libertadores, que justamente es algo que también deslumbra al chaqueño.