River, en una tarde empañada por hechos de violencia, le ganó ayer 1-0 a Arsenal
y sumó tres puntos fundamentales para alcanzar en soledad la cima del torneo Clausura. El único gol
del partido lo marcó Rodrigo Archubi, quien reemplazó a poco de iniciado el encuentro a Mauro
Rosales, a los 34 minutos del primer tiempo. El cotejo se jugó en la cancha de Vélez, donde River
fue local porque su estadio se está utilizando para conciertos de rock. Hubo un buen arbitraje de
Carlos Maglio.
Sin jugar bien el equipo del Cholo Simeone venció a
Arsenal, que no tuvo resto futbolístico ni anímico para revertir la historia de un partido parejo,
donde la diferencia a favor del conjunto de Núñez pareció exagerada.
Con un clima enrarecido salieron a jugar River y Arsenal,
teniendo en cuenta que minutos antes del comienzo del partido hubo disturbios en la tribuna local,
por eso las miradas de los futbolistas al pisar la cancha fueron hacia el sector del conflicto.
Quizás por eso tardaron un poco en acomodarse y cuando empezaban a poner su cabeza en el partido
River sufrió su primera baja, porque Mauro Rosales, quien estaba en duda para este partido, se
resintió de su molestia en el gemelo izquierdo y a los 10 minutos tuvo que ser reemplazado por
Rodrigo Archubi.
Y a la jugada siguiente a la variante, los dirigidos por
Diego Simeone tuvieron dos chances seguidas para abrir el marcador: primero le ahogó el grito de
gol Carlos Castiglione a Sebastián Abreu sobre la línea misma del arco y en el córner siguiente el
recién ingresado Archubi no llegó a empujar la pelota en el segundo palo. Luego de esas dos
situaciones el partido decayó en intensidad y todo pasó a ser previsible, sin emociones.
Llegando a la media hora de juego Arsenal se animó, con un
José Luis Calderón como único punta, y el ex delantero de Estudiantes e Independiente, entre otros,
tuvo dos oportunidades y en ambas salvó Leonardo Ponzio, con un Juan Pablo Carrizo vencido.
Cuando Arsenal insinuaba con generar peligro llegó el gol
de River, marcado por Archubi, quien en una buena jugada personal, dejando dos hombres en el
camino, remató cruzado venciendo el esfuerzo estéril de Mario Cuenca.
Arsenal intentó reaccionar pero se quedó en el amague. Y
River creció en esos minutos finales en su juego y se pudo ir al descanso con un diferencia mayor
si se hubiera decidido en serio a buscar el segundo.
Más allá de esa falta de decisión, esta vez se pudo ver a
un River confundido desde lo táctico, con Archubi y Abelairas chocando en el sector izquierdo del
mediocampo, sin conductor, porque ni Diego Buonanotte, quien no tuvo una buena tarde, ni el chileno
Alexis Sanchez asumieron esa función. Entonces todo pasaba por intentos individuales.
Faltando 10’ para el final comenzó el sufrimiento para River porque
Luciano Leguizamón tuvo una situación clara para empatar en un mano a mano con Carrizo, pero el
delantero no le acertó al arco. Sobre el final los de Sarandí llenaron de centros el área de River,
que como pudo resistió y pudo llevarse de Liniers tres puntos, en otra tarde triste, por la
violencia, para el fútbol argentino. l