La primera edición de la Copa Argentina de Potreros se jugó en Rosario. Y entre los cuatro mejores equipos de fútbol que llegaron a las semis y a la final, en el Gigante de Arroyito, hubo un solo plantel rosarino: Real Emaús. Se trata de un grupo que la primera vez jugó con camisetas prestadas del Real Madrid, las mismas que visten hoy Sergio Ramos, Karim Benzemá, Toni Kross y Gareth Bale, y los que se presentan como el “Fisherton pobre” adoptaron el nombre del club español a medias y reformularon el escudo. A estos rosarinos, en su mayoría del noroeste de la ciudad, no los dirige Zinedine Zidane sino los ex jugadores de potrero Gonzalo y Fernando Altamiranda. No tienen club propio ni cancha para entrenar, pero sí un santuario y bandera con el Gauchito Gil y lograron el cuarto lugar en una competencia en la que se enfrentaron 120 equipos barriales de todo el país. Son la gloria sin corona.
”Entramos a la cancha de Central y nos sentimos profesionales”, dijo Fernando Altamiranda, parte del cuerpo técnico también junto a Alan Enrique. Los de Real Emaús son 22 jugadores, de entre 17 y 29 años: laburantes y estudiantes algunos, desocupados y sin finalizar la escolaridad, otros.
“Nuestro sueño es tener un club propio en el barrio, terrenos hay, hemos hablado con políticos pero nadie nos termina de dar una mano”, aseguró Altamiranda antes de agregar que aún “sin casi nada” cuentan con algún que otro sponsor para las camisetas y este año llegaron a viajar para competir cinco veces afuera de la ciudad.
La Copa Argentina tiene el mismo formato del Mundial de Potreros, un torneo que aglutina a todos planteles de amigos, que se juntan en cualquier rincón del país a despuntar el vicio del “fulbito” o el “picado”.
El Mundial nació en la década del 60 en el Club Atlético Social Pinto (Santiago del Estero). Se juega todos los años, salvo este en que se suspendió por la lluvia torrencial que cayó sobre la localidad ubicada a 245 kilómetros de la capital de Santiago.
Es un torneo muy populoso, que se caracteriza también por otorgar jugosos premios en efectivo y en el que circulan apuestas por parte de la hinchada. Y según los registros, lo jugaron Néstor Ortigoza, César “Chelito” Delgado y José Luis “Garrafa” Sánchez.
La copa nacional en Rosario fue intensa. Se lanzó el sábado pasado a las 8 en la ciudad deportiva de Granadero Baigorria ante unas 6 mil personas. Continuó el domingo en el Gigante y finalizó a las 16 del lunes. Hubo cuatro zonas y se jugó por eliminación simple. Los primeros puestos los alcanzaron los equipos de La Florida (de San Martín, Buenos Aires), Los Pibes De Merlo (Buenos Aires), Estudiantes de Carrillo (Buenos Aires) y Real Emaús. Y se repartieron 2 millones de pesos en premios. Así lo detalló uno de los ocho organizadores, el arquero del equipo Gran Bour Iván Balbuena, un muchacho de 29 años que vive como repartidor de lácteos en Ituzaingó (Buenos Aires).
“Siempre jugamos en canchas de Nacional B, esta era la primera vez que pisábamos el césped de la primera. Creemos que el año próximo repetiremos en Rosario”, anticipó Balbuena.
La inscripción a la copa no tuvo perfil de potrero al momento de la inscripción. Cada plantel abonó 30 mil pesos. Y los organizadores pagaron más de 2 millones de pesos por el alquiler de las dos sedes auriazules, más árbitros y seguridad policial. Por lo que los equipos barriales vendieron comida y organizaron rifas y torneos “a morir” para poder participar.