Madelón sabe mejor que nadie que uno de los puntos fuertes de Boca, sobre todo con Riquelme adentro
de la cancha, es el aprovechamiento de las pelotas paradas. Por eso en la práctica de ayer a la
mañana en Palos Verdes, el entrenador de Central utilizó ese tiempo activo para mentalizar a sus
jugadores que está terminantemente prohibido cometer infracciones cerca del área de Alvarez. El
conductor hizo hincapié en esa cuestión, habló mucho con los volantes, les pidió que recuperaran
las posiciones defensivas en el momento en que el rival se adueña de la pelota y machacó sobre
algunas cuestiones de coordinación y relevos entre Raldes y Ribonetto, los encargados de tomar a
Martín Palermo en cada envío aéreo.
Pero Madelón no sólo miró para atrás a la hora de las indicaciones.
También arengó a sus muchachos para que mostraran actitud, la palabrita mágica que tanto mencionó
durante la pretemporada en Mar del Plata. Lo hizo cuando los jugadores se prendieron en un furioso
picado todos contra todos en espacios reducido. Fue un momento de distensión que pintó de cuerpo
entero el ánimo del plantel para arrancar el desafío del Clausura 2008.