¿Será una premonición, una buena señal para lo que vendrá? Lo cierto es que a Central ya llegó el Gordo de fin de año y a Newell's podría arribar el Gordo de principio de año. Arroyito fue el primero en sacudir el mercado con la firma de Néstor Ortigoza. El Parque podría, dentro de su particular contexto de bolsillos flacos, también dar un buen golpe de efecto hacia adentro si Mauricio Sperduti finalmente regresa. El 2017 que se va no trajo demasiadas alegrías para ambos y necesitan dar un salto de calidad. Tienen una buena zanahoria por delante: la Copa Sudamericana que puede marcarles el norte del año. Esa motivación debe ser aprovechada para potenciarse más allá de los inconvenientes.
En el primer semestre de 2018, Central jugará las 15 fechas que restan de la Superliga, más el partido pendiente de la 11ª fecha ante Independiente, por lo que arrancará antes que nadie: el 24 de enero jugará en Avellaneda. En tanto que Newell's disputará los 15 encuentros pendientes del torneo. Pero en el medio tendrán el mejor de los incentivos, que además no los estrangulará en términos físicos, ya que serán apenas dos choques de Copa Sudamericana.
Esa situación hará entonces que, además del objetivo que debe ser primordial para ambos de sumar mucho más que los magros 13 que consiguieron en el último semestre del año, los cotejos de ida y vuelta de Copa puedan marcar un rumbo para lo que seguirá. No será lo mismo una clasificación que una eliminación, ni en términos deportivos ni en económicos. Un triunfo traerá efectos positivos para cerrar la Superliga de la mejor manera, sin sobrecargarse de encuentros, ya que en ese caso la segunda fase recién comenzará después del Mundial y habrá tiempo para proyectarse a esa realidad.
En ese sentido, el combo del primer semestre, entre la necesidad de remontar en la Superliga y el debut en la Sudamericana, se presenta ideal para no desenfocarse y crecer, en un contexto de fin de año de demasiadas turbulencias.
Para Central, en lo deportivo, por la nueva frustración en Copa Argentina y el mal paso en la Superliga que enderezó sobre la hora un técnico entonces interino como Leonardo Fernández, por cierto una situación muy atípica en el fútbol argentino, pero que le valió al entrenador la continuidad. Además, por supuesto, las victorias sobre Boca y Newell's le agregaron un plus motivacional, pero que no lo eximirá de remontar la magra campaña general. El arribo de Ortigoza es sin dudas para apuntalar esa levantada y seguir en esa huella que lo llevó a una mejor cosecha. Y para afrontar la llave con San Pablo mejor pertrechado.
Para Newell's, la turbulencia deportiva sigue enmarcada en la general del club, donde el caos económico lo aprieta demasiado como para animarse a soñar con más. Pero así y todo, y pese a la derrota en la última fecha del año en el clásico, con lo que pudo Juan Manuel Llop logró momentos de recuperación futbolística que por supuesto deberá consolidar. En esa línea, si el Gordo Sperduti vuelve tendrá un plus, enmarcado por supuesto en ese contexto donde reforzarse al mejor nivel es una quimera en el Parque.
Ortigoza está. Sperduti ahí. Será necesario sumar más calidad aún para pisar mejor en el año a punto de comenzar. Si eso pasa, Central y Newell's podrán soñar con un 2018 más gordo que el 2017 que se va con expectativas flacas.
Con una gran expectativa
El pasado 20 de diciembre, en la sede guaraní de la Conmebol, se sorteó la nueva edición de la Copa Sudamericana que tendrá a canallas y leprosos como protagonistas como ocurrió en 2005, donde se enfrentaron con triunfo auriazul. Central enfrentará a San Pablo, primero en el Gigante, y Newell's a Atlético Paranaense, primero en Curitiba.