Pizzi notó un torneo duro y con pocas posibilidades de juego

Cuando Juan Antonio Pizzi desembarcó en Rosario Central hizo referencia a algunas características del torneo. “Es uno de los más difíciles del mundo, independientemente de los equipos que lo jueguen. Por diseño, los viajes, los rivales y las canchas en las que se juega”, dijo el 30 de junio pasado, cuando tomó formalmente posesión del cargo de entrenador canalla. De la misma forma, aventuró que “mi visión del fútbol es una sola y voy a tratar de imponerla”. Pero el tiempo pasó y su activa participación en la segunda categoría del fútbol argentino ya tuvo su primer capítulo. ¿Qué encontró en esa primera experiencia? “Menos posibilidad de jugar de las que yo pretendía, al menos en ese campo y contra ese rival”. Y en este tránsito analítico apuntó: “Faltan varias cosas para jugar como yo pretendo”.

“Habíamos visto todos los partidos del anterior torneo y todos los que se televisaron en esta temporada, incluso los de primera división, y creo que el fútbol argentino está en una etapa en donde es difícil ver grandes partidos. Puede ser que todavía se note la pretemporada y que a todos los equipos les falte acoplarse, pero en ninguno se pudo ver un gran fútbol”, esgrimió Pizzi sobre los 90 minutos en Florencio Varela, que le sirvieron como medida importante para sacar sus primeras conclusiones respecto al largo y duro camino que él y sus dirigidos deberán recorrer.

De allí que tal vez que algunas pautas que se pensaban antes de salir al ruedo puedan sufrir algún tipo de modificación. “Eso es lo que ya hicimos en el segundo tiempo. Modificamos lo que pretendíamos imponer porque no encontrábamos el camino y debimos utilizar otras armas que estuvieron basadas en un juego más directo, de balones más largos y tratando de pelear en el campo rival. Si bien eso es lo que siempre queremos hacer, mi forma de ver el fútbol es con mucha posesión de la pelota y eso no pudimos desarrollarlo”, razonó.

Todas estas cosas que el equipo no pudo plasmar de acuerdo a lo pensado y charlado con los jugadores, Pizzi las tildó de “debilidades” y le apuntó más a cuestiones ofensivas que defensivas.

Son temas que ocupan hoy al DT, pero que por ahora están lejos de preocuparlo. Es que considera que “siempre se puede mejorar. Los jugadores en lo que tiene que ver con su juego y de mi parte tengo que saber escucharlos para seguir progresando”.

También está la incógnita sobre el equipo utilizará otra táctica y hasta otra estrategia cuando de le toque jugar en el Gigante. En ese sentido, Pizzi apuntó: “Nosotros no tenemos muchas variables para utilizar. Hemos sido muy francos a la hora de programar cada uno de los partidos y si bien algunas veces jugamos con dos delanteros y en el partido lo hicimos con uno en lo que más hacemos hincapié es en seguir manteniendo la intensidad con la que tenemos que jugar”.

Un reto en Varela

Después del partido, varios jugadores hicieron referencia a la “cagada a pedos” que les había dado Pizzi en el vestuario. “Yo no puedo entrar en detalles en las cosas que hablo con los jugadores. La forma en la que ellos sienten la incentivación de reaccionar queda entre los jugadores y el entrenador. Lo bueno es que hubo una reacción y que a ellos y a mí nos sirve para saber que se puede exigir más cosas”, dijo el DT.