Tuvieron que pasar 22 años para que el ajedrez argentino volviera a tener un título del mundo individual. El maestro internacional Alan Pichot, de 15 años, se consagró ayer campeón mundial juvenil Sub 16, en Durban (Sudáfrica).
Tuvieron que pasar 22 años para que el ajedrez argentino volviera a tener un título del mundo individual. El maestro internacional Alan Pichot, de 15 años, se consagró ayer campeón mundial juvenil Sub 16, en Durban (Sudáfrica).
Surgido de Torre Blanca, club del barrio porteño de Abasto de donde emergieron grandes ajedrecistas, Pichot le ganó en la última ronda al ruso Maxim Litvinov y se aseguró el título con nueve puntos, con sólo dos derrotas en 11 partidas, y media unidad de ventaja respecto del indio Chithambaram Aravindh, el francés Bilel Bellahcene y el italiano Francesco Rambaldi.
"No me esperaba salir campeón. Sabía que el torneo podía ser duro, pero venía con la idea de terminar lo mejor posible", reconoció el joven, que obtuvo su primera norma de Gran Maestro Internacional y cuyos profesores son Sandro Mareco y Sergio Slipak.
El último argentino campeón juvenil había sido Pablo Zarnicki en 1992. Y antes, Oscar Panno, en 1953, y Carlos Bielicki, en 1959.
En cuanto a sus inicios, Pichot contó que un compañero de salita de cinco años lo invitó a su casa y allí vio "a su hermano, que estaba en segundo grado, ponerse a jugar al ajedrez con el padre".
"A partir de ahí le pedí a mi mamá que me comprara un tablero y me enseñe a jugar. Mis primeros pasos los di en la escuelita del club Torre Blanca, y hace un año que me decidí a practicarlo profesionalmente. Antes jugaba sin estudiar. Ahora entendí que así no se puede", explicó.