Peratta: "Dejamos el nombre de Newell's bien alto en el fútbol argentino"

“El sabor de la derrota aún está presente, pero tenemos la frente bien alta por todo lo que se logró”, fue la primera frase que utilizó Sebastián Peratta para definir las sensaciones que lo embargaban el día después a un final de torneo caliente y donde Newell’s se quedó en la puerta de la consagración. “Dejamos el nombre de Newell’s bien alto en el fútbol argentino”, destacó a la vez de estar orgulloso y agradecido “al reconocimiento que la gente tuvo con este equipo” con la despedida a puro aplausos en el Coloso del Parque, que en siete días archivará su nombre para llevar el de Marcelo Bielsa.

  El arquero se excusó de hablar en la tarde noche del domingo después de la caída ante San Lorenzo. Eligió irse rápido a su casa para calmar la bronca y poner por encima de todo la buena campaña con la que se cerró el año. “Lucía (de apenas unas semanas) me estaba esperando con la camiseta de Newell’s”, contó. Y eso fue algo que le permitió _por lo menos_ mermar la impotencia lógica que apareció en ese momento después de haber estado ahí nomás de la conquista del Apertura.

  “Estar con mi hija me despejó un poco. Me lo tomé con calma al reconocer que tuvimos limitaciones que no pudimos superar, a pesar de que lo hicimos con otras cosas. Dejamos todo y nadie se guardó nada, eso nos tranquiliza”, expresó Peratta en el mano que mantuvo con Ovación ayer a la tarde.

  “Faltó muy poco. Estoy con mucha bronca por saber que podríamos haber logrado el título, pero tranquilo porque se dio todo. Siempre reconocimos ser un equipo que podíamos ganar o perder con cualquiera, con limitaciones. Los últimos dos encuentros de local que debíamos ganar no lo hicimos y nos quedamos con las manos vacías. Está todavía el sabor de la derrota, pero también la frente bien alta por lo que se logró”, abundó un experimentado guardavalla que tenía ganas de hablar no sólo para resaltar la enorme campaña con la que se cerró el semestre sino agradecer el reconocimiento que le propinó la gente a este plantel.

  —¿Pesó un poco jugar esta instancia final, tal vez faltó cierta jerarquía como se dice?
  —Puede ser, pero le pasó también a Banfield. Boca o San Lorenzo tienen de estos encuentros diez por año. A los dos equipos les pesó; no estamos todos tan acostumbrados a vivir estos momentos. San Lorenzo tenía cuatro o cinco jugadores de selección y nosotros muchas ganas, nervios y ansiedad que el rival supo aprovechar muy bien.
  —Si en la pretemporada en Piriápolis te proponían firmar el subcampeonato seguramente lo hacías con los ojos cerrados. Hoy al estar tan cerca seguramente no se quedan conforme con eso.
  —Para nada. Queda el dolor de poder haber sido campeón. Es el sueño de mi carrera. No sé cuántas posibilidades más voy a tener. No tengo 20 años y esto no se da siempre. Los hinchas y el club tendrán otra chance, pero desde lo personal se me escapó una de las últimas. De todas maneras, hicimos una gran campaña que no estaba en los planes de nadie, ni siquiera en nosotros. Superamos muchos inconvenientes y Banfield fue sobre un riel. Nosotros tuvimos lesiones, expulsiones como la de Sánchez Prette (única en el fútbol argentino como se dio) y algún que otro error arbitral. Tal vez ese pequeño plus benefició al Taladro, que está claro es un justo campeón.
  —Decías que será difícil tener otra chance en lo personal de alcanzar la gloria. ¿Será más complicada teniendo en cuenta que los grandes le apuntarán al torneo porque no jugarán la Copa Libertadores?
  —Sí, pero tampoco se puede aspirar a que en el próximo se termine esto. Newell’s logró ser protagonista del fútbol argentino, con lo difícil que es. San Lorenzo nos ganó, pero terminamos arriba de ellos y entramos a la Copa. Y eso que arrancamos mucho más abajo en el inicio de la temporada. Esto refleja todo lo importante que logró este equipo. Que le faltó, eso no está en discusión, pero tuvo un montón de virtudes que lo llevaron a ser protagonista. Más allá de que el resultado final no sea el que todos esperábamos.