El tenista argentino Diego Schwartzman, que anteayer quedó eliminado en los cuartos de final del abierto de los Estados Unidos, destacó que "fueron dos grandes semanas" las que vivió y que quiere "seguir mejorando".
El porteño, que perdió con el español Pablo Carreño Busta (19º) por 6/4, 6/4 y 6/2 en cuartos y completó la mejor performance de su carrera en un Grand Slam, aseguró que "esta experiencia que adquirí en el circuito me ayuda mucho porque ahora estoy más convencido de que puedo ganar partidos importantes".
Schwartzman, 33º del ránking mundial, tuvo su punto alto en el US Open en la tercera ronda, cuando eliminó a un top ten, el croata Marin Cilic (7º).
"Cuando vi el cuadro me tuve mucha confianza al menos para llegar hasta Cilic. Jugué bien, gané ese partido y contra (el francés Lucas) Pouille en octavos sentí molestias físicas, pero ya estoy bien. Había muchos argentinos en Nueva York y eso estuvo bueno porque me alentaban bastante", contó Schwartzman, de 25 años, en diálogo con la prensa en el aeropuerto de Ezeiza, ya que regresó por un par de días para ver a su familia.
"Vi a Del Potro, que jugó un partido increíble (contra el austríaco Dominic Thiem en octavos). Lo que generó y cómo levantó el resultado fue muy bueno", contó el Peque.
Schwartzman será el primer singlista argentino en el equipo de Copa Davis que jugará ante Kazajistán por el repechaje para mantenerse en el Grupo Mundial en 2018, del 15 al 17 de septiembre.
"El viernes a la tarde me voy a Kazajistán. Regresé a Buenos Aires para ver a mi familia porque llevaba un mes y medio afuera de casa. Esta será una serie difícil, de visitante, pero intentaremos hacer lo mejor posible y dejaremos todo para seguir en el Grupo Mundial", dijo el surgido en Náutico Hacoaj.
En tanto, ayer el español Rafael Nadal avanzó a las semifinales de EEUU, último Grand Slam del año, con una contundente victoria sobre el joven ruso Andrey Rublev, en un duelo que le demandó solo una hora y 36 minutos y que se definió por 6/1, 6/2 y 6/2.
El español, máximo favorito en el cemento de Flushing Meadows, dominó de principio a fin a su rival de 19 años y 59º en el ránking mundial, para colocarse entre los cuatro mejores del torneo, instancia a la que no accedía en Nueva York desde el 2013, cuando se impuso por segunda vez tras el título del 2010.