Guido Pella llegó a la serie como el tercer argentino mejor posicionado en el ranking ATP, 84º, por debajo de Diego Schwartzman, 54º, a quien vienen siguiendo de cerca por una contractura y de Carlos Berlocq, 81º. Enfrente tuvo al 43º, Paolo Lorenzi, pero ningún cuco para un tenista como el bahiense, sobre todo gran devolvedor. Apenas habían chocado dos veces por el circuito challenger y estaban 1-1, pero ayer no hubo paridad. Lorenzi primereó a Pella con quiebres certeros en cada set y el de Bahía Blanca nunca se pudo recuperar. Siguió en la tónica de su mal inicio de año y se sintió incómodo en todo el encuentro. No fue su mejor día, según dijo, y se notó. Esta vez, jugar la Davis, a Pella le pesó. También lo dijo él: nunca se sintió así jugando por este certamen. Al vestuario con un triple 6/3 demoledor desde lo anímico. Lo de Berlocq fue más decoroso. Porque a pesar de jugar muy mal los dos primeros sets y de imponerse en el tercero con claridad, estuvo cerca de dar el batacazo ante Seppi , 89º. Si ganaba el tie break del cuarto set, ¿quién dice que no se energizaba aún más para dar el golpe? No hubiese sido nada nuevo. Con el partido de Charly el público argentino volvió a demostrar cuán influyente es en este certamen. Y a pesar de que el estadio estuvo ocupado en la mitad de la capacidad, se hizo sentir. "Con esta gente increíble siempre me siento ganando", elogió el de Chascomús, pidiendo que sigan así. En el día de su cumpleaños 34, esta vez, el Gladiador no pudo hacer la del Increíble Hulk y romperse la remera. Pero dio batalla, como es su costumbre y se ganó con ello la posibilidad de reaparecer hoy en cancha (ver aparte).