Dejó una huella indeleble por Arroyito. Javier Pinola supo ganarse el corazón de los hinchas de Central porque siempre defendió con amor propio la camiseta canalla. El jugador y la gente parecían vivir un romance futbolero hasta que se materializó la venta millonaria a River, que encima se produjo en una forma desprolija porque el defensor debió mudarse de Rosario en forma repentina. La actualidad del defensor está en el conjunto millonario, el rival de mañana en el Monumental por la 13ª fecha de la Superliga. Pero antes de salir a escena le concedió una entrevista exclusiva a Ovación en la que hizo un repaso por varios temas. “Pasé dos años maravillosos en Central”, fue una de las primeras frases que le dijo a este medio. Luego afirmó que “siempre le desearé lo mejor al club” y agregó que “la herida por la forma en la que debió emigrar ya cicatrizó”.
“La gente de River sabe que será el último partido antes de la final de la Libertadores contra Flamengo. El estadio estará lleno pese a que jugaremos a las 11 de la mañana. Será un encuentro interesante y el grupo está bien. Muy consciente de que debemos pensar en Central y nada más. Ya habrá tiempo para focalizarnos en lo que vendrá después (el partido ante Flamengo). Ahora vamos a intentar ganar para seguir agarrando confianza y despedirnos bien de la gente”, declaró con claridad Pinola antes de meterse de lleno en el mundo canalla.
¿Cómo estás para afrontar un partido que puede catalogarse de especial por tu buen pasado en el club?
Me siento y me encuentro muy bien, estoy tranquilo y contento. Realmente trato de que sea un partido más, aunque interiormente sé que será especial porque viví dos años maravillosos en Central. A eso le agrego que tengo mucha gente amiga en Rosario, gente muy querida y que además son hinchas canallas. Ellos tendrán el corazoncito un poco dividido el domingo (mañana), más allá de que tengo claro que no perderán el fanatismo y van a querer lo mejor para su club. A la vez sé que me desearán lo mejor desde lo personal como también tengo claro lo que representará este partido pese a que ya rompí la barrera de enfrentarlo y en una previa en la que se habló muchísimo.
Se habló mucho, pero al final no pasó nada.
No, seguro. Uno puede entender el enojo de la gente, pero mientras estuve en el club siempre me brindé al máximo y los hinchas lo reconocían. Quizás por eso es que habrán quedado dolidos cuando me fui. Aunque de mi parte jamás saldrá un reproche o palabra ofensiva hacia ellos o Central. Los respeto mucho.
¿Cómo te cayó cuando exigiste a Ledesma en el Gigante y enseguida un coro de insultos bajó del Gigante?
No te voy a decir que no me dolió porque sería mentira porque sigo teniéndole mucho cariño al club, como también a las otras instituciones que representé en su momento. Uno siempre da lo mejor de sí cuando se pone una camiseta, pero a la vez comprendo que ciertas cosas son lógicas del fútbol, aunque como profesional tengo que saber sobrellevarlo.
¿La herida por la forma en la que saliste de Central ya cicatrizó y optás por priorizar las cosas positivas que te dejó tu paso por el club?
Sí, totalmente. Siempre valoro y tomo las cosas positivas. Y en cuanto a las negativas trato de verlas para aprender porque las tomo como enseñanza de vida. Aunque siempre rescato lo mejor. De hecho, siempre hablo con amigos y les remarco que Rosario es una ciudad que me encanta. Es un lugar divino.
La herida de mi salida de Central ya cicatrizó. Sé que cada uno pensará algo, pero de mi boca nunca salió ni saldrá una palabra mala hacia a Central sobre todo. Las cosas se acomodan con el tiempo. Ahora estoy viviendo otra etapa y un momento hermoso. Obviamente que el domingo quiero ganar, pero en el resto del torneo le deseo y desearé siempre lo mejor a Central porque sé además que está en una situación comprometida. Aunque siempre le desearé lo mejor.
¿Te dolió que nunca haya trascendido la verdad de cómo se terminó dando tu salida porque siempre mostraste un bajo perfil pese a que al final todo se terminó ensuciando?
Hay cosas que dolieron, pero ya está. Es un capítulo cerrado y priorizo ver hacia adelante. Cada uno sabe cómo fueron bien las cosas y está todo bien. Cuando fui a jugar a Rosario pude mirar a todos a la cara, verlos a los ojos y darles un apretón de manos a algunas personas. Nunca agaché la cabeza, lo que marca el respeto que tengo y me tienen porque en el mundo del fútbol nos conocemos y sabemos que actuamos y tomamos decisiones en busca de la carrera de cada uno. Pero ahora está todo bien, no guardo rencor y trato de esquivarles a los conflictos. Ahora sólo pienso en el partido del domingo (mañana).
Más allá de todo hay varios ex jugadores, entre ellos el Chelito Delgado y Germán Herrera, quienes destacan cuando surge el tema tu noble manera de manejarte.
Eso marca y ratifica lo que mencioné antes, en el mundo del fútbol nos conocemos todos. Nombraste justo al Chelito con quien mantengo diálogo. Con Chaco nos hablando de vez en cuando, lo mismo que con Marco (Ruben) o el Flaco Donatti, Nery (Domínguez) y así podría seguir enumerando a muchos más como Mauri Martínez, el Kity Villagra, el Tucu Salazar, etc. La verdad es que tengo contacto con casi todos de aquel grupo humano muy bueno. Lástima que faltó coronarlo nomás con alguna cosa, pero era un gran plantel.
¿A vos también te quedó la espina de no poder salir campeón en Central como al Chacho Coudet?
Y, fue el broche que nos faltó. Teníamos un gran plantel y grupo humano. Claro que todo sabemos lo que pasó en su momento (la polémica final de la Copa Argentina con Boca), que no es para escarbar de nuevo en la basura, pero creo que estaba todo dado, aunque a la larga se termina pagando.
Pese a las exigencias y mucho tiempo que impone el mundo River, ¿seguís la campaña de Central?
Seguro. Trato de seguir y ver cómo están los clubes donde uno jugó. Es una forma de acompañarlos porque uno tiene cariño también por esas instituciones. Tengo y hablo con muchos amigos de Rosario, comprendo que la situación no es la deseada, pero considero que Central tiene muy buenos jugadores como para hacer una gran campaña. No dudo de que la hará. Siempre trato de ver los partidos.
Chicanas con Scocco
Comparte el vestuario con varios peso pesados. Pero hay un jugador que en su momento transitaba por la vereda de enfrente en Rosario y ahora vive el día a día en Núñez como es Ignacio Scocco, el ex goleador leproso. Cuando se lo consultó a Pinola sobre si había chicanas con el 9 cuando se juegan los clásicos rosarinos, el defensor fue tajante al respecto. “Sí, pero con mucho respeto. Jodemos con el mismo nivel de respeto de cuando nos enfrentábamos. Incluso, compañeros nos preguntaban cómo habían sido los clásicos que jugamos. Más allá de eso forjamos una linda amistad con Nacho y con Ponzio, que es otro que salió del fútbol rosarino. Cada uno sabe hasta dónde puede decir cosas”, afirmó Pinola.
Entre el gran presente y futuro cercano
¿Hay Pinola para rato?
Sí, sí. La verdad es que me siento muy bien y estoy muy contento. Sigo disfrutando de entrenar, jugar y concentrar como la primera vez que me citaron a un plantel superior. Estoy feliz y cuando lo estás, sumado a que podés hacer algo que te apasiona, sobre todo con la actualidad que vivimos en nuestro país, es para resaltar. No veo por qué dejar ahora, pero sí lo haré y no dudaré cuando sienta que no esté bien. Justo el otro día comentábamos con Poroto Lux que nosotros tenemos que retirarnos de esta hermosa actividad y no que lo haga el fútbol.
¿Por qué te relacionaron con Nuremberg desde enero próximo?
Porque algo habló el director deportivo en la asamblea general de socios, pero no pasó de ahí. Pero es para valorar que un club te tenga tan cuenta y siempre presente. Ni hablar. Es algo hermoso de verdad. Pero fue algo tácito. Incluso no llegué a conocer al director deportivo porque hace como un año y medio que no viajo a Alemania. Sí me llamó y me preguntó cuando iba a ir, a lo que respondí que cuando pudiera porque tengo mi casa pero por las obligaciones y responsabilidades no pude hacerlo en los últimos meses. Me pidió de conocerme personalmente cuando vaya, así que eso fue todo. Mi cabeza está en River. Luego el tiempo dirá qué haré en su momento.