Por el trabajo de los médicos, por la magia de las 5.000 grullas que le dedicaron sus amigas, amigos, familiares y equipos rivales, por la fuerza inquebrantable de Sofía o por todo eso junto. Lo cierto es que la jugadora de hockey de primera división de Logaritmo, Sofía Kellemberger, logró ganar el partido más difícil de su historia deportiva. Esta semana le dieron el alta transitoria tras permanecer 53 días internada por un bochazo que recibió en la rodilla derecha y le provocó un hematoma que derivó en un cuadro séptico severo. Ayer habló con Ovación, desde su casa en Funes, donde se encontraba “con la pata arriba y descansando”, según dijo, y espera empezar la rehabilitación la semana próxima.
“Fue este mi partido más difícil y más largo. Y lo gané también gracias al deporte, que te enseña a luchar hasta el final”, dijo esta defensora de Loga de 25 años, a quien sus compañeras de equipo bautizaron “Coto” porque no para de hablar y gritar; una muchacha ligada al palo y la bocha en el club de Ibarlucea, desde que tenía cuatro años.
Todo comenzó el 12 de octubre, tras el bochazo que recibió durante el partido que jugó Loga contra Duendes.
“Tengo este problema desde que nací y no hay diagnóstico, un golpe corriente a mí se me complica en hematomas internos. Y esta vez fue cuando peor la pasé. Cuando ingresé al sanatorio me sentía bien pero luego se infectó el hematoma y me llevaron a terapia”, narró Sofía.
En terapia estuvo más de dos semanas y prácticamente no recuerda nada. Luego le sacaron algunos medicamentos y comenzó “el segundo tiempo”, donde dice que no la pasó mejor.
“Es que yo ya no estaba mal de mis pulmones o riñones, pero debía hacer reposo por la rodilla, donde finalmente me hicieron un injerto de piel. Soy profesora de educación física, estoy siempre en movimiento y permanecer en un cuarto, quieta, me desesperaba, pero la seguí peleando, descubrí que podía hacer cosas a las que nunca me había dedicado demasiado: leí dos libros, pinté y escribí cartas”.
Y todo lo consiguió, dijo Sofía, gracias a la atención médica del Sanatorio Parque y sus afectos. Su padre, Jorge Kellemberger (dirigente de la Asociación de Hockey del Litoral -AHL- y uno de los fundadores del Loga de Ibarlucea), su madre Alejandrina y sus hermanos, “todos criados” como ella, en Logaritmo: Costanza (quien juega de 5 también en la primera), Victoria, Alejo y Patricio. Además su novio, Agoney, su equipo de hockey y decenas y más decenas de personas que participaron de la campaña “Mil grullas para Sofía” y subieron la apuesta al alcanzar las 5 mil.
Estos pajaritos de papel plegado son parte de una leyenda japonesa que reza: “Cualquiera que haga mil grullas de papel recibirá un deseo de parte de una grulla, tal como una vida larga o la recuperación de una enfermedad”. Entonces desde el equipo en el que juega Sofía pusieron manos a la obra. La capitana Victoria Giménez y la delantera Pilar Mason convocaron a hacer grullas. Y con el impulso de la AHL se sumaron varios clubes a la labor artesanal con el sentido de ornamentar el sanatorio y decir “presente” en el momento duro que atravesaba la jugadora.
“Yo también hice grullas una vez para una mamá de una alumna que había estado grave. Me dio mucha emoción ver a mis alumnas, sus madres, mis compañeras de equipo y el ambiente del hockey haciéndolas esta vez para mí, eso empuja un montón, da fuerzas, no te deja aflojar”, dijo Sofía, preceptora y entrenadora de hockey en el colegio Raúl Arino, de Funes.
Tras la respuesta colectiva el presidente de Loga, Martín Lucero, escribió un comunicado para agradecer a quienes se sumaron a la movida.
“Desde las miles de grullas que recibimos hasta los mensajes de Whatsapp preocupados por su salud o la postergación de la última fecha sin importar los intereses deportivos en juego. Estamos convencidos que con tanta energía positiva “la Coto” logró su temprana recuperación. La palabra «gracias» nos quedó muy chica”.
Y mientras todo eso ocurría el equipo de Sofía, que juega en la B, intentó ascender. No pudo. “La vamos a tener que seguir peleando”, dijo Sofía ya “entrenada” en esto.
¿Te ves volviendo a jugar?
“No quiero pensarlo demasiado. Me veo volviendo a entrenar sin demasiado contacto físico. Pero primero a lo primero: debo hacer rehabilitación y ver si me dan un diagnóstico en Buenos Aires y me dicen cómo sigo. No sé qué haré, sólo sé que quieta no me voy a quedar”.
En pocos días, el 21 de diciembre, Sofía cumplirá 26 años. Vivirá estas semanas como un tercer tiempo y luego, seguirá el partido.