¿Por querer tapar un agujero se puede abrir otro? De aquí al inicio del torneo restan algunos días todavía y algunas cosas pueden cambiar. La referencia corre para Central y la apuesta que hoy se tiene en mente, en relación con que Mauricio Martínez sea el segundo marcador central del equipo, puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Porque tal como anticipó Ovación en su edición de ayer, hoy puertas adentro se piensa y se trabaja para que el ex Unión sea el acompañante de José Leguizamón. Quedará el interrogante, al menos por unos días más, si se tratará de una apuesta momentánea o a largo plazo. Teniendo en cuenta la fuerte búsqueda que hubo para encontrar a un jugador que pudiera reemplazar la partida de Javier Pinola es difícil creer que las negociaciones hayan llegado a su fin y que se aborte la posibilidad de contratar a un defensor. Eso es lo que potencia la sensación de que para el inicio de la superliga Martínez pueda ser una opción, pero sólo para una o dos fechas, hasta que el refuerzo que llega, en caso de que eso se concrete, pueda acomodarse física y futbolísticamente.
Este diario informó ayer que la apuesta hoy es Martínez. Esa misma información fue corroborada por varias de las fuentes consultadas en el día de ayer. Pero, como suele decirse, del dicho al hecho hay un largo trecho.
Ahora, suponiendo que no llega ningún refuerzo y que Martínez sea el encargado de borrar los recuerdos de Pinola. ¿Quién queda para jugar como volante central? Porque ante este escenario es imposible pasar por alto que Paolo Montero pensaba (quizá piensa todavía) en Caramelo para esa función. Esto es, por cubrir el puesto de segundo marcador central se puede desproteger el del mediocampista central. También cabe el recuerdo de las palabras de Marco Ruben tras el amistoso ante Sarmiento de Junín. Es que el capitán en esa oportunidad dijo no sólo que Martínez estaba "haciendo el esfuerzo", sino que también apuntó que "un defensor tiene que venir" y que cuando eso suceda "vamos a estar muy bien". Pero es apenas una gragea más en el tema del zaguero central, que no es el nudo del análisis.
Suponiendo que ese defensor no llega y que Martínez debe hacerse cargo de la situación, el bache que se abre en el mediocampo también podría ser importante. Quizá sea algo a lo que también se le pueda hacer frente con los nombres con los que Montero cuenta hoy, pero se trata de una ingeniería que hasta aquí no fue puesta en marcha.
En ese sentido debe consignarse que el jugador indicado para cumplir ese rol es Santiago Romero. Pero vaya paradoja: en los últimos dos amistosos realizados, el Colo actuó para el equipo alternativo. Esto, claro está, sobre la base de una lógica que hasta aquí no parece tal.
Porque hay otras opciones, pero parecen las menos congruentes en relación con la forma en la que Montero hizo jugar al equipo en el semestre pasado, donde siempre hubo un volante centrar bien definido, alguien que tuviera oficio y se presentara como el primer gran dique de contención.
En esos dos amistosos a los que se hace referencia el encargado de pararse en ese lugar del campo fue Leonardo Gil. Por características, el otro Colo no encaja en ese cuadro de características. El ex Talleres es más bien un jugador que forja su propio escudo protector a partir del manejo y el control del balón más que de la marca.
Para muestra alcanza con lo que fueron los 80 minutos contra Talleres, el pasado sábado, cuando Gil fue el volante central y quien al lado tuvo a Gustavo Colman, un jugador con características no iguales pero similares. En ese partido Central perdió más batallas de las que ganó en el mediocampo.
Es más, antes de que llegara Gil, el propio Montero fue quien dijo que el Colo podía ocupar "las tres posiciones del mediocampo (derecha, centro o izquierda)", pero enfatizó: "Por ahí la posición en la que menos puede jugar es en la de volante tapón, como Musto". Justamente fue la función que cumplió tanto con Sarmiento como ante Talleres.
Así las cosas, si Martínez va a la zaga central y si a Gil la función que "menos" le cabe es la de volante tapón, la plaza quedaría mucho más cerca de Romero, hasta aquí nunca utilizado con los titulares en los amistosos de prueba.
El mensaje es claro. Dicen que "hoy estamos preparando a Martínez", justo a quien Montero siempre pensó como volante central, la posición que a Gil no le sienta para nada bien y en la que Romero, hasta aquí, nunca fue examinado.
La llegada de un zaguero con nombre y experiencia, capaz de arribar, ponerse la camiseta y jugar, resolvería todos esos inconvenientes. Por lo pronto, si eso no sucede, por cubrir el agujero que dejó Pinola se puede destapar otro, el que dejó Musto.