Opinión: Fútbol, negocios y el fervor de la gente

En el fútbol de hoy el protagonismo es de pocos clubes. No tienen lugar para los chicos y en muchos torneos sólo son sparrings de los grandes. Sobran los dedos de una mano cuando hay que enumerar los equipos chicos que ganaron torneos y copas importantes.

  Esta semana el mundo tuvo oportunidad de ver la final de la Liga de Campeones de Europa. En Moscú se enfrentaron Manchester United y Chelsea y el mundo lo esperaba porque los equipos son una mezcla de jugadores de muchos países. Esto también tiene que ver con el negocio.

  En el comienzo de la década del 90 sólo 11 jugadores extranjeros jugaban en la primera división inglesa, hoy superan los 300 y la razón de esto radica en que se debió montar un espectáculo para que el australiano Rupert Murdoch firmara un contrato para la televisión por 5300 millones de dólares por tres años.

  Para que fuera redituable, el magnate de la televisión había exigido que participaran en los equipos jugadores de distintos orígenes para que sean emitidos en la mayoría de los países del mundo. Por eso no es casualidad la compra de Tevez y Mascherano a la Premier League y las ganas de llevarse a Inglaterra a Messi y Ronaldinho.

  Las cifras que se manejan son prohibitivas aún para muchos clubes europeos y ni pensar para los nuestros. La mayor parte de estas inversiones provienen de las privatizaciones en Rusia durante el mandato de Boris Yeltsin y como cabeza de este grupo de inversores esta el archiconocido Roman Abramovich que tiene como representante en la Argentina a Fernando Hidalgo, ex cadete de Mascardi y de buena llegada a los equipos grandes del país.

  Con todos estos antecedentes qué jugador se puede sacar de la cabeza que la única manera de salvarse es que lo vendan a Europa y si es a Inglaterra mejor. Por los negocios de la televisión han ingresado a este mercado países como Rusia y Estados Unidos que antes ni tenía fútbol profesional.

  Según algunos informes económicos los rusos han ingresado en los clubes miles de millones de dólares y tienen reservados muchos miles más para incorporarlos al negocio de fútbol ¿cómo harán nuestros dirigentes para poder parar el éxodo de jugadores cada vez más jóvenes? Imposible.

  Los representantes y los padres de los jóvenes están muy actualizados y desde el momento que asoma algunas de la condiciones nadie le sacará de la cabeza esa transferencia que salvará a toda la familia.

El fútbol argentino está muy lejos de poder compartir el negocio con los del Viejo Mundo. La mediocridad seguirá avanzando y sólo sobrevivirá por el fervor de la gente y por la pasión que heredaron de sus mayores.