Las vueltas de la vida. A lo largo de su existencia, todo el mundo parece tener una segunda
oportunidad, léase un error cometido para remediar. Newell’s también. El equipo rojinegro
arrancó el Clausura venciendo a San Lorenzo y haciendo mucho ruido. ¿Alguna coincidencia con el
inicio del Apertura? Todas. Y habrá que remitirse a lo que pasó después para no tropezar dos veces
con la misma piedra.
Es otro el cuerpo técnico, hay algunos jugadores nuevos, pero las
circunstancias son casi las mismas, aunque con menos camino por recorrer y menor margen de error.
Allá por agosto del año pasado, el equipo conducido por Pablo Marini inició el Apertura con una
resonante victoria sobre los santos, últimos campeones, por 1 a 0 y con un gol de Vangioni sobre el
final. Y como enseguida llegaron otros buenos resultados, se cayó rápido en la tentación de mutar
los objetivos, pese a que Newell’s seguía en zona de máximo riesgo.
Lejos de ponerse en la postura facilista de criticar al DT de entonces,
que por otra parte cosechó puntos de oro en su paso en el Parque (como los triunfos de visitante en
el Clausura 2007 sobre quienes hoy son rivales directos, Racing y Gimnasia de Jujuy, por ejemplo, o
sobre Central), se trata de aprender de lo vivido.
Este arranque luce tan complicado como aquel. Pero si logra igualarlo o
superarlo, no se le deben subir los pájaros a la cabeza. En el Clausura Newell’s peleará por
evitar el descenso y si logra algo más vendrá por añadidura, pero no al revés.
Demasiado cerca de la cornisa estuvo Newell’s en el Apertura y no
hay que olvidar que, inclusive cuando se cumplió la 16ª fecha, con la derrota en tiempo adicional
ante Olimpo, el equipo estaba 18º y en descenso directo, apenas por encima de San Martín de San
Juan y Central.
Entonces, las cuatro victorias conseguidas desde entonces, además del
arco vallado, no debe obnubilar las mentes ni trocar las metas. Las palabras de Rolando Schiavi al
comienzo de la pretemporada (“el que piensa en otra cosa que salvarse del descenso,
miente”) no deben perderse de vista ahora que parece que en Newell’s llegó la buena.
Por el juego desarrollado, por la forma en que obtuvo los últimos
resultados, parece que ése es el pensamiento vestuario adentro. Nada de lujos, este equipo parece
jugar como vive, sin regalar nada, sin agradar a la vista y controlando los miedos que lo rodean. Y
así ganó en confianza. Nada de creérsela entonces como en el Apertura. Para seguir cosechando, esta
segunda oportunidad no debe transformarse en una piedra de tropiezo. l