Una de las principales preocupaciones, junto al andar futbolístico, por supuesto, está centrado en la realidad económica de la institución. Esa que le ha generado muchos conflictos y que motivó a que la dirigencia optara por bajar los costos del plantel rescindiendo contratos importantes de jugadores de jerarquía como Maximiliano Rodríguez e Ignacio Scocco, por citar algunos. A pesar de esto, tiempo atrás también le costó afrontar los pagos e incluso los empleados del club padecieron, y lo siguieron haciendo hasta hace pocos días, esta situación de ahogo financiero.
La dirigencia debió salir a vender futbolistas, algunos con pocos partidos y otros sin siquiera haber debutado en primera división. Y cuando esto sucede las entidades interesadas se aprovechan de la situación para sacar provecho.
Más allá del paraguas judicial y el control en cuanto a los movimientos económicos, la falta de recursos importantes que permitieran equilibrar las cuentas llevó a la entidad a engrosar la deuda "a 355 millones, teniendo en cuenta los últimos registros al 30 de junio de 2017".
De acuerdo a lo informado, "en junio de 2016 la deuda era de 269 millones y un año después la misma ascendió a 355, es decir creció en 86 millones de pesos". Los números indican que en promedio "el déficit mensual que tiene Newell's es de alrededor de 3 a 3,5 millones de pesos". De todas maneras, los que siguen con detenimiento los números que arrojó el balance efectuado el año pasado indicaron que "de los últimos ocho meses no hay una información detallada y será solicitada en la próxima asamblea".
Por supuesto que la dirigencia insiste en que hay algunos jugadores que pueden ser vendidos a futuro y que achicarían la deuda, como también con la transferencia de ciertos futbolistas lograron hacer frente a salarios atrasados y que "hoy están prácticamente al día", señalaron desde el club. Al menos para cumplir con lo que exige la Superliga en ese aspecto.