Culpas ajenas, responsabilidades de otros, cero autocrítica. Las declaraciones las hacen los resultados y no las personas. Esas son las reglas con el aporte inestimable de la prensa
Culpas ajenas, responsabilidades de otros, cero autocrítica. Las declaraciones las hacen los resultados y no las personas. Esas son las reglas con el aporte inestimable de la prensa
"Fue muy grave la incidencia que tuvo el árbitro. No fue penal el de Barrios, pero sí lo fue la mano del defensor de Junior. Que pasen estas cosas es lamentable. Estábamos haciendo un buen partido, manejando la pelota, el juego, quizá faltaba profundidad. Después hacemos un gol y no lo cobran. En el segundo tiempo hubo un penal que no nos dieron. Fue increíble. Es muy grave la incidencia que tuvo el árbitro". Culpas ajenas, responsabilidades de otros, cero autocrítica y el diario de Irigoyen como si nadie hubiera visto el partido por televisión. Guillermo Barros Schelotto intentó gambetear el miércoles a la noche la verdadera razón por la que Boca no le pudo ganar al humilde Junior de Barranquilla. La ilusión óptica de Guillermo se refuta con un concepto: su equipo pateó una sola vez al arco en el primer tiempo y empató con un gol en contra porque nunca pudo hacerse dueño del partido debido a una incomprensible conformación de equipo ocupando espacios con jugadores no aptos para las funciones que él les demanda. Nández por afuera, Reinoso de extremo, Tevez de nueve... Pero es más fácil despotricar contra el árbitro que, ciertamente, dirigió pésimo.
"Ganar es terapéutico. Terminaron todos bien, en ambas competencias dependemos de nosotros y eso es lo bueno", aseguró Ariel Holan tras ganar en el Coloso y antes de la mejor actuación de un equipo argentino en esta Copa Libertadores: también el miércoles, pero más tarde frente a Corinthians, unas 100 veces más poderoso que Junior. Quizás por aquello de terapéutico fue que los jugadores de Independiente fueron aviones en el imponente Arena Corinthians y los de Boca, que no jugaron el fin de semana por la lluvia, carretas en el Metropolitano de Barranquilla.
Fernando Hidalgo, el representante de Holan, fue drástico un rato antes del consagratorio triunfo en San Pablo. "Hay un plan para desgastar al técnico. Antes de cada partido aparece una noticia que golpea duro y por eso, cuando termine el torneo, evaluará la decisión más conveniente. Ariel está abrumado con lo sucedido en las últimas 24 horas. Se da cuenta de que antes de cada partido siempre hay una noticia negativa, no nos parece casual. Es una campaña en contra de Independiente... Se irá del club cuando sienta que no cumplió los objetivos".
Tras el partido el entrenador habló de la perfección del rendimiento en el primer tiempo y se animó a asegurar que podría haber hecho un par de goles más en ese lapso. Pero ni una palabra sobre sus pesares. El club anda con ganas de pedirle explicaciones a la Conmebol por algunos fallos arbitrales, pero es probable que sólo quede en el intento. Y sí, Ariel tiene razón: ganar es terapéutico. Pero fundamentalmente evita excusas que ni sus mismos creadores se creen.
Los dirigentes de Boca están que vuelan con el rendimiento del equipo en Colombia. Pero se llamaron a silencio porque ese mismo plantel el domingo puede ser campeón del torneo local y quedarían en posición adelantada. Si se consuma la vuelta olímpica, las versiones serán desestimadas con vehemencia. ¿Y si no? Fácil. Alguien tendrá la culpa.
Pero no hace falta ir tan lejos para comprobar que las declaraciones las hacen los resultados y no las personas.
"Con este éxito Leo (Fernández) demostró que puede llevar adelante al equipo. No digo nada, para mí Leo tiene muchas condiciones. Cuando se fue el Chacho Coudet lo analicé como el posible DT y lo seguí mucho. Lo apoyé siempre durante la disputa de la Copa Santa Fe, por la que nadie daba nada y para nosotros era muy importante porque nos permitió que varios chicos maduraran", dijo Raúl Broglia tras la victoria de Central sobre Newell's en diciembre.
El amor duró sólo 15 partidos oficiales.
"Le quiero pedir disculpas al hincha que siempre nos apoyó. Los jugadores siempre dejaron todo adentro del campo de juego y la dirigencia nos apoyó, pero esto es fútbol y a veces las cosas no salen", dijo acongojado Leo tras la derrota con Defensa y Justicia del sábado pasado. Declaraciones ciento por ciento protocolares. Si hay algo que Leo necesitaba y no recibió, fue el apoyo de la dirigencia. Nadie quiso que un entrenador sin espaldas pusiera en riesgo la reelección.
¿Cuál es el proyecto? No perder. ¿Para qué sirven las declaraciones tras un pobre resultado? Para echarles la culpa a otros. ¿Y tras una victoria? Para crear un colchón que sirva para amortiguar la primera derrota. ¿Y la función de la prensa? Hacer la interpretación periodística que casi nunca se hace.
¿Y por qué no se hace? Porque corren los mismos tiempos de histeria colectiva que envuelven y maniatan la genética de un deporte sin igual. Porque parece más remunerativa una polémica que un análisis en medio de un panel en el que lo más fácil es adivinar de qué equipo es hincha cada uno y cuáles son los intereses que defienden.
Lamentablemente, del otro lado del mostrador, la verdad, por descarnada que sea, tampoco es moneda corriente.
Esas son las reglas.