Una denuncia contra Neymar por supuesta violación desató un escándalo en la selección brasileña, a pocos días del inicio de la Copa América que se jugará del 14 de junio al 7 de julio: toda una antesala de la populosa quinta marcha del Ni una Menos que se replicó ayer en todo el país, contra la violencia machista. Una muestra de que el drama no pierde vigencia.
El futbolista, actual jugador del Paris Saint-Germain (PSG), regresó este último domingo a los entrenamientos de la selección en helicóptero luego de conocerse el caso. Su padre y compañeros (entre ellos el volante Fernandinho) lo defendieron y el entrenador del equipo, Tite, declaró públicamente ayer que el tema era "un asunto personal". Dijo el técnico de la verdeamarelha en conferencia de prensa, desde Teresópolis, a 100 km de Rio de Janeiro, que "se requiere tiempo para que la gente pueda juzgar los hechos. No me permitiré juzgar los hechos. Lo que puedo decirles es que he estado con Neymar por tres años y en cuestiones personales, entre él y yo, es leal y sincero".
El caso de Neymar no es único y obliga a abrir más de un interrogante. ¿Es el deporte lo que está en juego o el tipo de masculinidad que lo atraviesa?
El politólogo de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Instituto Masculinidades y Cambio Social (MasCS) Luciano Fabbri expresó su opinión para Ovación (ver aparte).
La denuncia presentada el viernes en Brasil, no pasa desapercibida, porque implica nada menos que a un astro del fútbol internacional. Y habría sido acompañada por un certificado del hospital de San Pablo donde se acreditan hematomas que la víctima le adjudica al futbolista.
Una mujer que vive en Brasil afirmó que el jugador de 27 años la forzó a tener relaciones sexuales “contra su voluntad” el 15 de mayo a las 8.20 en el hotel Sofitel de la capital francesa (según un documento de la policía civil de San Pablo obtenido por The Associated Press). Se habían encontrado tras una invitación del jugador.
En su defensa, Neymar publicó un video de 7 minutos en Instagram, en el que calificó la denuncia como "trampa". Mostró un cruce de mensajes (que van de marzo a mayo) y fotos íntimas de la presunta víctima, reconociendo que había tenido contacto con ella.
El padre de Neymar afirmó que su hijo había sido filmado con la denunciante en el hotel y que al percatarse de la situación el propio jugador le había pedido que se marchara. Su hijo, según Neymar padre, “intentó defenderse” y grabar a la mujer para que todo quedara registrado. "Prefiero un crimen de Internet que un crimen por violación. Él conservó su imagen, su nombre. Él necesita defenderse rápido. Es mejor ser honesto y mostrar lo que sucedió. Sabíamos sobre la extorsión, pero no el atrevimiento de acudir a la policía en una situación como esta", dijo el hombre.
Pero la policía civil de Río de Janeiro abrió una investigación por la divulgación del contenido de los mensajes, un delito que en Brasil contempla una condena de hasta 5 años. De hecho, una vocera de Instagram dijo ayer que se había desactivado el video de Neymar porque violaba las reglas de difusión de materiales.
El actual coordinador de la selección brasileña, Edu Gaspar, confirmó que la policía visitó el complejo donde entrena la canarinha. Y añadió que Neymar podrá dejar la concentración y ausentarse de partidos de la selección cada vez que lo requiera la Justicia.
Otros casos
El caso de Neymar se suma a otras tantas denuncias por violencia de género. Para nombrar sólo algunos, de distinto tenor entre sí: las de Cristiano Ronaldo (Juventus), Ricardo Centurión (Racing), Rafael Borré (River), Lautaro Acosta (Lanús), Alexis Zárate (FK Liepja, Letonia) y Fernando Tobio (Toluca, México).