Newell's venció al Rojo 1 a 0 con "brotes" de buen fútbol

El equipo ofensivo y protagonista que pretende Fernando Gamboa comenzó a dar sus primeros brotes justo el Día de la Primavera. A pesar de la mínima diferencia y que la victoria estuvo en riesgo hasta el pitazo final, Newell’s se despachó con un triunfazo ante Independiente. La Lepra se impuso por una suma de causas concretas y si el jueves tumba a Boca en el Coloso quedará metido en la pelea grande del Apertura (ver página 3). El resultado tuvo razón de ser a partir del desequilibrio constante de Diego Torres por todo el frente de ataque, la combatividad de la línea de volantes y el trabajo insoportable de Cristian Fabbiani para desgastar a la defensa roja. Y justamente el Ogro, que jugó todo el partido con el arco entre ceja y ceja, fue el autor material del éxito ante el Diablo. Más allá de los tres puntos obtenidos, este debe ser el espaldarazo para consolidar la ambición de grandeza que pregona el DT. Hay material y argumentos para ilusionarse. También quedan cosas por corregir (desacoples defensivos). Por lo pronto, el picnic tuvo perfume rojinegro.

  Bengalas, bombas de estruendo y luces de colores fueron el colorario de una noche a pedir de Newell’s. Independiente llegaba invicto y los rojinegros colmados de incertidumbre luego del empate amarrete ante Huracán. Por eso Gamboa pateó el tablero y ratificó con hechos su bandera de protagonismo. El Negro se animó a romper el "bendito y mezquino" doble cinco y le dio pista a Leandro Torres. Y justamente fue el Chino el que le robó de atrás una pelota increíble a Pusineri y habilitó a Diego Torres en la derecha, quien lanzó el centro picante para Fabbiani. El Ogro esperaba con los cubiertos en la mano y sentenció a Assmann con un cabezazo esquinado. Golazo y delirio.

  La victoria fue trabajosa, aunque absolutamente clara. En el primer tiempo ninguno de los dos equipos logró imponer condiciones. Newell’s quiso ahogar al Rojo en la salida y desequilibrar con la velocidad de sus Torres. Pero fue demasiado largo a la hora de recuperar y con la pelota en los pies se hizo previsible. Mientras que el Diablo fue absolutamente inoperante con el toqueteo de los volantes. Las dos más claras leprosas estuvieron en los pies de Leandro Torres. Primero el Chino remató desviado luego de una doble pared con Fabbiani. Luego el disparo del enlace iba derecho a la red, pero chocó con el cierre de Moreira.

  En el complemento Newell’s ajustó las piezas. Las líneas estuvieron más respaldadas y de arranque marcó diferencias. El gol de Fabbiani potenció las virtudes rojinegras. Lejos de conformarse con el 1 a 0 la Lepra fue por más. El Ogro ganó confianza y Assmann le atragantó el grito un par de veces. Y sobre el final mereció red una incursión del ingresado Sebastián Grazzini (definió muy suave ante el arquero), y en el rebote Fabbiani tiró un globo que devolvió el travesaño.