Tenía que ser así. Debía haber miles de testigos rojinegros desatando un carnaval en la tribuna. Porque anoche Newell’s volvió a cantar victoria de visitante, armando un triunfazo inapelable ante Estudiantes para cortar una serie de diez excursiones sin éxito. La Lepra inventó un primer tiempo de ensueño, de gran protagonismo a partir de la pelota y allí sacó los dos goles de diferencia mediante las conquistas de Boyé y Denis Rodríguez, que sentenciaron el pleito. En el segundo tiempo Newell’s reguló y allí apareció la enorme figura de Unsain para blindar su arco, tapar los desesperados intentos del Pincha y además atajarle un penal a Diego Mendoza. Una noche redonda para el equipo de Bernardi y por eso el abrazo interminable de los jugadores en el final ofrendándole la victoria a la muchedumbre que viajó desde Rosario.
Newell’s jugó un primer tiempo de altísimo vuelo futbolístico. Porque el equipo de Lucas Bernardi fue un violín ante un rival siempre complicado y hostil como Estudiantes. La Lepra se encargó en esos 45’ iniciales de confinar al Pincha a su mínima expresión y lo hizo a partir del dominio efectivo de la pelota en campo contrario. Mateo copó los rebotes en la mitad de la cancha y los inspirados Mugni, Maxi Rodríguez y su primo Denis pusieron en marcha la maquinaria de pases y rotación que martirizó al local y despertó el aplauso de la popular rojinegra.
Todo este funcionamiento aceitado tuvo como abanderada a la categoría de Lucas Mugni, moviéndose de manera sobresaliente como nueve pivot y con la bocha destilando peligro bajo la suela. Newell’s salió a plantar bandera en campo rival y al minuto ya se puso en ventaja. Córner ejecutado con rosca por Denis Rodríguez y cabezazo certero e inatajable de Boyé, que se metió por el segundo palo del desesperado e inseguro Hilario Navarro.
En ventaja Newell’s fue por más y generó chances clarísimas de peligro para estirar la diferencia. Siempre apelando a un juego vertical, de presión alta y con tenencia ofensiva de pelota en campo rival. El Pincha era un mamarracho atrás y Boyé se devoró el segundo ante el achique de Navarro. Después Tonso dilapidó una oportunidad inmejorable, con pelota dominada y sin marca, pifiando el disparo en el corazón del área. Y antes del descanso, Ñuls la trajo a los toques desde el fondo y la Fiera le devolvió la pared a Denis para que clave un misil arriba, que lamió el travesaño y se metió. Al vestuario a descansar.
En el arranque del complemento Báez tumbó a Cerutti dentro del área y el árbitro Germán Delfino sancionó la pena máxima. Fue Diego Mendoza y le dio con un fierro, pero el pibe Unsain con total confianza manoteó la pelota y tras dar en el travesaño se ahogó el grito pincharrata.
Newell’s se replegó en el complemento. Estudiantes salió a quemar las naves. El juego pasó al campo leproso y el balón fue casi todo pincharrata. Unsain comenzó a revolcarse y a desactivar las arremetidas del desesperado equipo de Gabriel Milito.
Entró Mauricio Tevez y en la primera que tocó metió un centro atrás que encontró a Tonso, que esta vez resolvió con criterio, pero el travesaño le negó el grito. Se cerraba el partido. Newell’s, tras un gran primer tiempo y un utilitario complemento, al final llegó a la orilla de la victoria que tanto se le negaba fuera del Coloso Marcelo Bielsa. Y tuvo de testigo a su gente, que no paró de gritar y mover los trapos durante los noventa minutos, feliz de volver al ruedo fuera de casa, pero especialmente más satisfecha por la sólida producción del equipo de Lucas Bernardi. Fue así nomás, la luz de anoche fue de una brillante luna rojinegra.