El dolor por las caídas ante Tigre y San Lorenzo probablemente nublen lo inmediato. Las oportunidades dilapidadas y la punta que se alejó generaron un lógico malestar que no puede ser tomado en calidad de referencia. Este Newell's, por hacer bien las cosas, quizás quedó envuelto en una lucha que lo excedió, pero hasta ahora su único pecado fue animarse a estirar su sueño, aconsejado por un contexto favorable. Cuando pase el efecto narcótico de la decepción que trajeron las dos derrotas se verificará que el mayor mérito del conjunto rojinegro fue modificar su realidad, establecer una idea de juego con recursos limitados y construir un escenario de expectativas diametralmente opuesto al del año pasado.
Los golpes recibidos en las excursiones a Victoria y el Bajo Flores provocaron una inquietante sensación de vacío. Es que Newell's, cuando quedó como líder absoluto tras la disputa de la fecha 14, tuvo el cebo al alcance de la mano y decidió correr el riesgo de vestirse de candidato.
Con el aval de un invicto de diez fechas y con un escenario que le guiñaba un ojo pensando en la recta final del torneo, aceptó un desafío que finalmente desaprovechó por carencias estructurales, lesiones inoportunas y porque aflojó el tranco en el tramo decisivo del certamen.
Hubo fallas llamativas, tanto en lo individual como en lo colectivo, que desencadenaron en dos puestas descoloridas con 6 goles en contra en 180 minutos.
Ahora Boca se fue a cuatro de distancia, Arsenal y Tigre a uno, y así Newell's mira las últimas tres fechas (Independiente -L-, San Martín SJ -V- y Lanús -L-) con otros ojos. Menos exigentes. Más sinceros. Contemporizadores. Y si bien las matemáticas todavía dejan una puerta abierta entre reproches e ironías, el firme andar de los xeneizes parece reducir cualquier esbozo de ilusión.
Con este panorama, el elenco leproso deberá apoyarse en todo lo bueno que elaboró con esfuerzo en el Clausura para tratar de superar con la mayor holgura posible la codiciada barrera de los 30 puntos y de esa manera terminar de darle forma a la esencia de esta muy buena campaña.
Martino y sus muchachos tienen que encapsular las caídas recientes y desechar rápidamente sus secuelas negativas, sobre todo porque su verdadera misión reclama más unidades en el colchón para serenar la almohada.
Así, Newell's debe volver a su Plan A. Ese de inflar el promedio hasta lo no imaginado. De ese objetivo, el más importante, sigue estando muy cerca.