Newell's se aleja en la tabla de promedios

Fue una noche feliz en el Coloso. Los hinchas leprosos por fin pudieron disfrutar el trámite de un partido sin comerse las uñas y gritando cuatro goles, algo que en esta época de economía de guerra parecía bastante alejado. No fue una victoria y nada más, sino que el triunfo ante Arsenal trajo un bonus track para los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi. Ahora lideran el pelotón del miedo en la tabla de los promedios, tomando aire respecto de sus competidores directos. Un gran alivio en el búnker rojinegro para proyectar una semana sin turbulencias y con la soga no tan ajustada al cuello como desde que comenzó la temporada 2007/08.

  A pesar de la victoria justa y por goleada, el saldo más relevante de la noche fue la garantía de confianza que los jugadores leprosos sacaron a relucir en la cancha para cimentar con argumentos sólidos el objetivo de la permanencia. El equipo mostró un certificado de confiabilidad imprescindible de cara a lo que viene. Las fechas se consumen y es clave marchar al tope del pelotón de los necesitados, porque los nervios comenzarán a jugar su partido y es preferible que no falte el oxígeno en el springt final.

  Pensar que Caruso estuvo a punto de sacar de la alineación titular a Da Silva y probar con Damián Steinert ante los de Sarandí. Pero el Torpedo se lesionó en la práctica de fútbol y el paraguayo se despachó con dos golazos y una actuación soberbia que el público premió con una ovación. Además, Santiago Salcedo debió salir del equipo por una molestia en el tobillo durante la primera etapa y justo su reemplazante Juan Ferreyra entró dulce y facturó por duplicado.

  Lo cierto es que Newell’s defendió con el cuchillo entre los dientes, tuvo practicidad en el mediocampo para hacer circular la pelota y fue letal en el área de enfrente. Estas fueron las virtudes que enarboló para despachar a Arsenal y apoderarse de tres puntos inmensos para el promedio.

  Los rojinegros saltaron al campo convencidos del plan de juego que debían emplear y jamás se apartaron del libreto que machacó Caruso en la semana. Arsenal venía a los tumbos por los desplantes en la Libertadores y no había que dejar que asome la cabeza. Además, la caída leprosa en Liniers debía cicatrizar de inmediato. No había espacio para otro desaire. Había que concentrarse en jugar, olvidarse del árbitro y embocarle al arco. Newell’s lo hizo y los delanteros Da Silva y Ferreyra fueron los abanderados con dos perlas per cápita.

  La usina de fútbol sigue siendo Nicolás Cabrera. Es el distinto del equipo. De sus trepadas y gambetas hacia adelante surgen las grietas en la defensa rival. Ayer fue determinante. Ahora Caruso deberá mantenerlo entre los once y no sacarlo como ante Vélez. l