A Newell's le urge barajar y dar de nuevo. La goleada del miércoles ante Racing terminó siendo un espejismo. Esta noche, un Boca inspirado y afilado lo goleó 4 a 1 y le enrostró una realidad que molesta y duele. La llegada del nuevo entrenador tiene vaivenes y Newell's necesita imperiosamente equilibrio.
Newell's no estuvo en esa primera mitad. O mejor dicho, Boca no lo dejó estar. Le mostró una furia futbolística que hay que empezar a contar desde antes del primer minuto. Así, sistemáticamente, fue esa primera mitad.
Ya a los 35', la defensa de Newell's no supo a quién marcar cuando Palacios -la gran figura junto a Tevez en esa primera mitad- lanzó un centro que parecía de compromiso, pero no para el uruguayo Bentancur, quien para sorpresa de todos marcó el 1 a 0.
A empezar de nuevo. Newell's intentó hacerse de la pelota vía Denis Rodríguez, el retroceso de Maxi y alguna trepada de Advíncula. Pero era muy poco. Boca manejaba la pelota en el medio, recuperaba y salía en velocidad, dejando rápidamente atrás la línea de volantes.
Poco tiempo necesitó el xeneize para sacudir por segunda vez el arco rojinegro. A los 5', el Apache Tevez sacó un tiro libre que fue al palo de Unsain, el arquero no dio la respuesta adecuada y la Bombonera estalló con el 2 a 0.
Newell's terminó de caerse en apenas 5'. Estuvo más preocupado en tratar de detener a un Boca afilado, incisivo y veloz y sólo apeló a esporádicas contras donde Boyé lucía una pasmosa soledad.
A los 18' Unsain se lo tapó a Tevez abajo; a los 26' el arquerito entrerriano se la tapó a Palacio tras un gran pase de Tevez y a los 31'. un rechazo de Cáceres dio en la cara de Lodeiro y casi llega el tercero.
Y a los 37', por peso específico, Boca llegó al tercero. Casi desde el borde del área, Silva sacó un remate combado, la pelota fue ingresando más con precisión que con potencia, ante la mirada desorientada y perdida de la defensa leprosa.
A los 45', Unsain debió intervenir nuevamente jugándose la vida ante la entrada de Tevez y salvó el cuarto, pero la rodilla del Apache impactó en el rostro del juvenil uno leproso, quien quedó muy sentido. Espinoza decidió terminar la etapa y a Newell's fue lo mejor que le pudo pasar.
Newell's tuvo intenciones de hacer la heroica. Hizo ingresar a Lucas Mugni por el inexpresivo Nacho Scocco y debió resignar un hombre de campo ya que D'Angelo reemplazó al lesionado Unsain.
Boca aflojó el ritmo, es cierto. Eso le permitió a Newell's tener un poco más la pelota, insinuar alguna aproximación, pero se quedó en el intento.
Sin embargo, en un arranque de amor propio, a los 11' Boyé le puso el cuerpo auna pelota y buscó a un Maxi solitario por la izquierda quien, como venía, sacó el remate cruzado al palo izquierdo de Orión para el 3 a 1.
La calma de Boca y la relajación en la que había entrado hicieron pensar en alguna reacción de Newell's. Sin embargo, cuando el Apache se enojó a los 27' y apiló volantes y defensores de Newell's para tirar el centro y encontrar la pierna de Palacio para el 4 a 1.
Allí se cerró todo. El partido se convirtió en un trámite administrativo porque Newell's terminó de desmoronarse y Boca se dedicó a controlar todo.
Fue un duro mal paso de la lepra. La goleada a Racing quedó muy lejos y otra vez la preocupación se cierne sobre el horizonte leproso. Casi con seguridad con nuevo técnico -aunque Diego Osella dice no haber sido contactado-, el equipo del Parque deberá ponerle el pecho a una situación que atraviesa mucho en lo futbolístico pero más en lo anímico.