Newell's: operaron al chico que recibió un perdigón en el ojo y podría perder visión
Incidente I: 6 de diciembre. Newell’s v. Arsenal. El equipo de Sensini cayó ante los de
Sarandí y los hinchas no se cansaron de repudiar el arbitraje de Pablo Lunati, quien fue insultado
a rabiar en la zona del vestuario cuando los plateístas dejaban la tribuna del museo. La policía
actuó y se produjo un enfrentamiento increíble y llamativo. Incidente II: 13 de diciembre.
Newell’s v. San Lorenzo. Los leprosos fueron derrotados por el santo, que lo privó de la
vuelta olímpica.
17 de diciembre 2009 · 01:00hs
Incidente I: 6 de diciembre. Newell’s v. Arsenal. El equipo de Sensini
cayó ante los de Sarandí y los hinchas no se cansaron de repudiar el arbitraje de Pablo Lunati,
quien fue insultado a rabiar en la zona del vestuario cuando los plateístas dejaban la tribuna del
museo. La policía actuó y se produjo un enfrentamiento increíble y llamativo. Incidente II: 13 de
diciembre. Newell’s v. San Lorenzo. Los leprosos fueron derrotados por el santo, que lo privó
de la vuelta olímpica. Otra vez el mismo final de siete días antes, con enfrentamiento policial con
los hinchas y con heridos de suma gravedad. Como el caso de Tomás Lautaro López, de 14 años, quien
recibió una balazo de goma en el ojo izquierdo. Por tal motivo, el lunes debió ser intervenido y si
bien no sufrió consecuencias en su ojo sí podría tener una disminución visual. El dato que llamó la
atención es que se le extrajo una bala de cerca de "9 ó 10 milímetros" cuando las que se utilizan
normalmente son de 6, por eso se la envió a peritar, entre otros motivos.
¿Por qué se produjeron episodios tan violentos en dos partidos con siete días de
diferencia? "Y todo ocurrió en la platea doble, donde supuestamente no va gente tan violenta",
analizó un allegado a la entidad del Parque que no entendía el motivo de tamaños desmanes.
En ambos encuentros hubo reacción desmedida de algunos simpatizantes, quienes
atacaron a los policías hasta dejarlos heridos. También las autoridades actuaron de manera
exagerada "golpeando a quien apareciera enfrente", si hasta el directivo Roberto Benedetto recibió
un palazo en el cotejo ante Arsenal.
La imagen. Una de las tantas fotos tristes que se divisaron el domingo fue la de
Tomás con la camiseta de Newell’s y caminando con un ojo lleno de sangre por un balazo
certero sin autor identificado. El lunes, a las 22, el chico debió ser operado para extraerle la
bala, que se alojó detrás del ojo y cerca del hueso que separa la zona del cerebro. Si bien los
médicos lograron salvarle el ojo, podría perder parte de la visión. "Nadie puede asegurar nada",
opinó el kinesiólogo José Gallo (estuvo permanentemente al lado del chico) a Ovación.
El detalle que llamó la atención es la medida de la misma, ya que "es de 10
milímetros", según contó Gallo, y ahora está siendo analizada por balística.
"Los disparos con bala de goma de deben hacer a una distancia no menor a 10
metros, caso contrario el daño puede ser casi similar al de una de plomo", contó una fuente
consultada por este medio.
Qué dice la provincia. Si bien oficialmente nadie opinó sobre lo sucedido, una
fuente consultada le reconoció a este diario que "algunos efectivos desoyeron las indicaciones de
sus superiores y actuaron con autonomía", aunque también confió que "no se puede decir de qué
cuerpo son". Esta misma fuente agregó: "Los hinchas iniciaron los incidentes, pero hubo una
respuesta excesiva de un sector de la policía".