Del entusiasmo a la bronca y con un final que nada tuvo que ver con la propuesta, con los méritos, sino con la contundencia de un acierto. El que tuvo Huracán en la última pelota del primer tiempo, la que no tuvo Newell's en la primera del partido. Y las manos vacías duelen casi de la misma manera que complican, porque se sabe que este equipo rojinegro está muy justito con lo que tiene y al no aprovechar de arranque las cosas se le van a ir complicando.
Y había empezado bien Newell's. Con un arranque que dio gusto. El tema es que no tuvo el premio del gol. Tres llegadas en tres minutos. Tres apariciones de Leal como para mostrar credenciales serias de hombre punzante. Con variantes de recursos. Entrándole como venía, de derecha, cruzado y cerca del palo apenas el reloj marcó 28 segundos, tras una combinación por derecha entre Sarmiento y Torres. También con un cabezazo en el área para conectar una habilitación de Leyes (2') y enseguida escapándose y siendo víctima de falta cerca del área.
Un protagonismo bien intentado de hacerlo con la pelota. Una forma de mostrarle a Huracán que la idea no fue defenderse. Un riesgo tomado en torno a perder la pelota y que ella cayera en poder de Wanchope Abila o Caraglio, que fueron bien controlados por Paz y Bianchi.
Pero como el ímpetu fue bajando y Huracán emparejó, el partido empezó a partirse. A ir de área a área sin provocar chances de goles. Y corrieron rápido los minutos con el resultado en cero. Es que Newell's no volvió a asustar, fue y vino de acuerdo a lo que Huracán lo dejó al quitarle la pelota. Con buenas apariciones de
Pussetto complicando por el sector de Valenzuela. Y justo al volante le cayó la última pelota de la etapa inicial, cuando ningún leproso lo vio entrar para cabecear en la boca del arco de un Pocrnjic que ya nada podía hacer.
Una diferencia inmerecida, pero la pelota en esta entró y el Globito se fue inflado al descanso.
Cuando volvieron, al toque pareció que se cerraría la noche para la Lepra con la lesión de Brian Sarmiento antes de los 3'. Sin embargo casi se le abre con un pelotazo bárbaro e inesperado de Joaquín Torres a los 6' y esta vez la fortuna volvió a estar esquiva con Newell's porque el travesaño impidió el empate.
Llop empujó a los suyos hacia la igualdad al hacer la variante por Sarmiento con la inclusión de un punta, Opazo, y no al volante Figueroa. Igual, a Newell's le faltaba un intermediario que vinculara con acierto a la pelota con los delanteros. Así fue a buscar, con ganas. Como la de Torres a los 17' al meterse en el área y tirarla atrás para que Leyes sorprendiera con un remate al que le faltó dirección y por eso se fue junto al palo derecho.
A los rojinegros algo les faltaba. Jugaban con muchas ganas, insistían sin claridad y buscaban entrarle a un Huracán equilibrado que no daba ventajas. Por ahí le volvió a quedar una a Leal, que desde afuera del área probó bien pero se le fue alta. Encima, se lesionó Fértoli y entró Tevez para seguir confiando en que el empate tenía que llegar, pero aquel pibe que sorprendió en aquel ya lejano partido en la Bombonera ya no es el mismo.
El reloj aparecía impiadoso, corría rápido para los intereses rojinegros. Y el dueño de casa se mostraba entero en la defensa del resultado, mejor parado y con la batuta de Toranzo, que le dio equilibrio y dominio de la pelota.
Y no hubo caso. A Newell's le faltó final. Así como no tuvo certeza al principio del juego. Aunque no se trata sólo de fortuna para bien o para mal. Igual, se quedó con las manos vacías. Todo por esa pelota del cierre de la etapa final, casi de la misma manera que en la anterior derrota ante Godoy Cruz, la del minuto 47, esta vez del primer tiempo, casi igual de dolorosa.