Newell's dio muestras de mejoría pero cometió un pecado de juventud: cuando tuvo su momento no pudo o no supo aprovecharlo y si bien no perdió, el empate ante Independiente en dos tantos lo deja con sabor extraño en la boca.
Newell's no había terminado de acomodarse, no se había ensuciado la camiseta cuando ya estaba perdiendo. En apenas dos minutos de partido, Piris -en posición ofensiva-, quiso evitar un lateral y dejó la pelota servida para una contra que para la lepra sería fulminante. Benítez, Meza, toqueteo y encuentro, y Emanuel Giglioti para llegar bien parado y perfilado para sacudir un derechazo y vencer al pobre Ibañez.
A pesar de la sorpresa, la lepra hizo algo provechoso: apeló a la paciencia y a la confianza para reacomodarse rápidamente. De la mano de Figueroa, con la pelota dominada, con la movilidad de Fértoli y de Leal, con mayor presencia ofensiva, fue empujando al fondo de Independiente contra Campaña.
Por eso no extrañó que a los 14', el Negro Figueroa metiera un brillante pase filtrado entre tres defensores para dejar solo a Fértoli, quien definió con categoría para el rápido empate.
golfigue.jpg
Héctor Río / La Capital
Y Campaña debió ser llamado a actuar nuevamente ante el propio Fértoli tres minutos más tarde para taparle una pelota que tenía destino de gol. Newell's era más por convicción y el Rojo apostaba a embocarla de contra.
La lepra no le dio muchas concesiones al equipo de Ariel Holan. Siguió con su presión alta y cuando tenía la pelota desde campo propio salía rápido vía Bernardello y la conexión con Figueroa para buscar al rapidito Fértoli por derecha o a Leal, que iba del centro hacia la derecha.
Independiente tenía espasmos de fútbol. Cuando aparecía Sánchez Miño lograba claridad por izquierda, y después Benítez y Meza buscaban la sociedad para ubicarlo a Gigliotti.
A los 35' entró en escena, mandando al córner de manera magistral un muy buen remate de Benítez que buscaba el segundo palo.
Todo bien con Newell's, por sus ganas, por su intención de jugar. Pero llegó el fatídico minuto 42, cuando Meza levantó la cabeza a pocos metros de su área y metió un pelotazo muy profundo para Cerutti, Ferroni se anticipó en el mismo instante en que salía Ibañez y se la dejó servida en bandeja a Gigliotti, que aprovechó que el arquero estaba fuera de foco y no perdonó para el 2 a 1.
golgiglio.jpg
Héctor Río / La Capital
La lepra se fue al entretiempo lamentando las distracciones. Fue mejor en el juego pero cometió errores imperdonables.
Pero el tiempo de vestuario sirvió para algo. Porque Newell's salió con otro ímpetu y exhibiendo sobre el terreno su convencimiento de poder revertir la historia.
Lo consiguió rápido, luego de demostrar presión para recuperar rápido la pelota e ir a jugar cerca de Campaña. A los 6', un centro de Fértoli desde la izquierda y un posterior rechazo del fondo del Rojo encontró en Fontanini la oportunidad menos pensada: el defensor acomodó el cuerpo y sacó un derechazo de volea que se metió junto al palo izquierdo del uno de Independiente.
golfonta.jpg
Héctor Río / La Capital
Daba la sensación de que Newell's no aprovechaba su momento. Porque a los 20' Independiente, que había insinuado alguna reacción, tuvo una buena oportunidad cuando Burdisso cabeceó de sobrepique e Ibañez neutralizó la acción.
Y a los 22', en el medio de la cancha, de manera infantil e innecesaria, Amoroso le entró con toda la furia a Sánchez Miño y Vigliano no dudó y le sacó la roja directa.
Independiente, sin demasiado vuelo pero con uno más, se fue aproximando hasta Ibañez y tuvo una buena chance. Fontanini tapó un remate de Cerutti que tenía destino de gol, y del rebote Nico Domingo le pegó al arco para que Ibañez se luciera.
El ingreso esperado del Gato Formica por el Negro Figueroa -uno de los puntos altos del equipo de De Felippe- no alcanzaron para revertir una historia que de manera inexplicable se había complicado más de la cuenta.
El rojinegro tuvo puntos interesantes del medio hacia adelante. Mostró algunas desatenciones en el fondo que terminaron costándole muy caro y un grosero error de Amoroso que sumó en el debe. No perdió, pero quedó esa sensación de no haber aprovechado su momento del partido en que fue superior al rival.