El proceso de Eduardo López, gobernando con mano de hierro durante 14 años, dejó heridas tan profundas que hasta el día de hoy se sigue pagando la deuda contraída durante ese período nefasto en la historia de Newell’s. Un día como ayer, hace doce años, la voluntad popular le puso fin al ciclo de López, fallecido hace dos años. “Hay un voto castigo a la falta de democracia por sobre todas las cosas”, manifestó eufórico tras el triunfo el que entonces fue ungido presidente, Guillermo Lorente.
Newell’s era un club sin la participación del asociado, sin elecciones y con diversos vericuetos que se fueron pergeñando desde la comisión para que el número de socios plenos, que es el habilitado a votar o postularse, fuese mínimo. El club no tenía vida social, casi se había quedado sin actividades, sin inferiores y una deuda económica monstruosa, que el año próximo recién se terminará de pagar a partir de la ley de fideicomiso.
Había miedo a raíz de las amenazas y aprietes a toda voz disonante. El título de 2004 y la remodelación del Coloso no fueron capaces de maquillar más la realidad.
El 14 de diciembre de 2008 la lista del Movimiento Leproso (Mole), que llevó de candidato a presidente a Lorente, se impuso por el 67 por ciento de los votos (3.967) contra el 33 por ciento (1.967) de Solidez Institucional, encabezada por Eduardo López.
Eduardo Bermúdez, actual presidente, acompañó en la lista a Lorente y fue uno de los vice. Jorge Ricobelli ocupó el cargo de tesorero. Federico Ripani fue uno de los impulsores de los autoconvocados que se concentraban en Moreno y Córdoba para denunciar a Eduardo López. Cristian D’Amico, hoy vicepresidente, guarda intacto en la memoria el recuerdo de ese día. Cada uno habló de lo que significó cerrar aquella etapa y la relevancia que tuvo ese triunfo en este presente.
¿Qué sensaciones le dejó aquella elección?
Bermúdez: Fue una gran satisfacción, algo histórico. Yo ya había intentado ser presidente en 2004. Ernesto Granados, que fue una de las personas fundamentales en esas elecciones, me dijo seis meses antes de la votación que a Eduardo López era imposible ganarle solo en las urnas, que había que ir a Tribunales. Granados fue el que se encargó del reempadronamiento de socios en los Tribunales, porque los padrones eran totalmente un desastre.
D’Amico: Indudablemente el 14 de diciembre de 2008 es una de las fechas más importantes para Newell’s de los últimos años. Se trata de un punto de inflexión en el que los socios y socias, verdaderos dueños del club, pudieron recuperarlo tras 14 años de nula vida democrática e institucional, con un poder ilegítimo que permaneció durante casi una década y media evitando elecciones a partir de todo tipo de artilugios.
Ricobelli: Fue emocionante. Se estuvo mucho tiempo para lograr que hubiera elecciones. Queríamos a los socios e hinchas adentro del club, cosa que hasta ese momento no pasaba. Hubo muchísimos socios e hinchas que pusieron el cuerpo y que fueron importantes para que vuelva la democracia, igual que los apoderados de la lista, los socios que prestaron su voluntad de avales. Y hubo una movida terrible para certificar firmas en Tribunales.
Ripani: No fue sólo la elección sino todo el proceso, que duró mucho tiempo y muchísima lucha, de movilizaciones populares, presiones al poder político y al judicial. El corolario fueron las elecciones. El primero que llegó fue Marcelo Bielsa. Su apoyo a Guillermo Lorente fue determinante, así como el compromiso de la gente de ir a votar. Fue un día realmente histórico. No se soportaba más un gobierno con ese estilo.
¿Cuál es el recuerdo de aquella jornada?
D’Amico: En ese momento fue clave la lucha que iniciaron los hinchas, la unión que se generó entre las distintas agrupaciones y el apoyo de grandes ídolos que habían sido increíblemente proscriptos. Todos ellos fueron los que lograron restablecer la democracia.
Ricobelli: El domingo a la mañana arrancamos muy temprano y antes que se abrieran las mesas era impresionante la cantidad de gente que había. La primera emoción fue esa. De un lado estaba la fila con los que tenían el carné autorizado para votar y del otro los que habíamos ido a pagar la cuota y teníamos un recibo distinto. La diferencia de un lado y otro era impresionante ya desde las 8 de la mañana. Y el momento definitivo fue cuando apareció Marcelo Bielsa a votar. Fue el golpe de gracia para López.
Ripani: Fui fiscal y lo viví desde adentro. Lo más increíble fue abrir la urna y contar todos esos votos. La diferencia fue aplastante. Y luego salir a la calle y encontrarme con toda la gente, fue una sensación hermosa.
¿Con qué club se encontró el hincha?
Bermúdez: Cuando ganamos, entré al club y no podía creer lo que me encontré. Estaba todo devastado. El piso del estadio cubierto se encontraba destrozado, había trofeos tirados por el piso, no dejaron ni un papel. A partir de ese momento se empezó a levantar el club.
Ricobelli: Entramos al club el día después de las elecciones. Nadie nos abrió la puerta. Tuvimos que entrar con un oficial de Justicia. Levantamos por la fuerza la persiana que daba al museo, con un montón de socios que querían entrar al club. La primera sorpresa fue el estado de destrucción y abandono.
Ripani: El club estaba destruido. Era algo que se preveía porque nosotros íbamos a la cancha y veíamos el deterioro, la pileta destruida, el estadio cubierto y el auxiliar, lo mismo. El club estaba venido abajo.
¿Qué fue lo más importante de ese día para este hoy?
Bermúdez: Lo más importante es que volvimos a la democracia, con más aciertos que errores de las distintas comisiones directivas que luego fueron pasando. Cómo será que hoy estamos terminando de pagar la deuda de López a partir del salvataje económico, que también fue obra de Granados.
D’Amico: Con el restablecimiento de la democracia en el club se empezó un camino de recuperación que hoy en 2020 sigue estando presente, ya que Newell’s continúa con importantes compromisos económicos generados en ese entonces.
Ricobelli: Volver a abrir el club al socio fue lo fundamental. El socio es el dueño del club y el que tiene que decidir sobre su futuro. Se hizo un esfuerzo grandísimo y a lo mejor no es tan valorado porque pasó el tiempo, pero la recuperación económica del club fue muy importante, con su inclusión en el fideicomiso. Y la posibilidad de lograr un título en 2013 fue definitiva.
Ripani: En ese momento no podía entender que Newell’s estuviese cerrado a su gente. Y que se revierta eso fue uno de los mayores logros. No podía concebir que se maltrate a ídolos como Martino y Bielsa. Martino tenía que ir a la platea escondido, porque le mandaban a la barra. Haber ganado el título de 2013 con Martino en el banco fue el moño de un proceso de apertura social y con un triunfo futbolístico.