Newell's fue muy superior a San Lorenzo, pero otra vez no supo definirlo y terminó empatando
¿Cómo explicar que Newell's no sólo no ganó sino que no goleó? Entender se puede y es por una simple y sencilla razón: la falta de contundencia fue notoria y por eso sólo sumó de a uno en la calurosa tarde de ayer en el Coloso.
27 de noviembre 2011 · 01:00hs
¿Cómo explicar que Newell's no sólo no ganó sino que no goleó? Entender se puede y es por una simple y sencilla razón: la falta de contundencia fue notoria y por eso sólo sumó de a uno en la calurosa tarde de ayer en el Coloso. Esta vez no se puede reclamar la falta de generación de situaciones, porque hubo y muchas. El problema estuvo en el sprint final, en el de la definición. Newell's hizo todo el gasto, golpeó a su rival desde lo futbolístico, pero no alcanzó para el nocaut y hacerle tirar la toalla a un cuervo horrible, sin alma.
La imagen leprosa mejoró notablemente en un partido de pobres y necesitados de puntos para elevar el promedio. Había necesidad de ganar, pero también era imperioso no perder ante un rival directo en la carrera para salir del pozo. Newell's cambió su cara y mostró otro fútbol. Con toques, generación de juego y llegando al arco rival una y otra vez. Pero?. Este Ñuls siempre choca contra un pero, porque si bien tuvo una docena de situaciones no pudo vulnerar la valla azulgrana. Un poco por impericia propia y otra parte por la gran actuación de Champagne. Sin dudas la clave para que la visita se llevara un punto de regalo del Coloso.
Esto es Newell's, que en este torneo pasó siempre por las mismas situaciones. Sin dudas que hoy la tabla lo ubica en los últimos lugares, aunque en la de los merecimientos debería estar mucho más arriba. En el fútbol nada se merece, se consigue. Y este equipo, a pesar de su mejoría, no alcanzó el objetivo de cortar la racha de doce fechas sin alegrías. Demasiado para este fútbol exigente.
Sería interminable enumerar detalladamente las ocasiones leprosas. Sí se puede decir que hubo seis netas en la primera mitad, cuando Ñuls se aprovechó de un San Lorenzo anestesiado futbolísticamente. Falcone (por tres), Figueroa, Pérez y Urruti tuvieron sus chances, pero Champagne estuvo más que lúcido debajo de los tres palos. Tanto fue Ñuls que en la última bola Gigliotti casi le clava un puñal a Peratta cuando se moría la primera mitad.
El calor hizo lo suyo y Newell's sintió el desgaste. San Lorenzo se paró un poco mejor, Ortigoza volvió a ser -en parte- el conocido y pudo controlar un poco más el juego. Y hasta llegó al arco de Peratta con sendos remates de Salgueiro y Gigliotti. Falcone, picante toda la tarde, tuvo otra clara, pero el uno santo estaba empecinado en convertirse en figura. Pérez y Díaz, de gran labor por el sector derecho, también avisaron sin suerte. Urruti remató desde lejos sin destino para ganarse el reclamo de Bernardi y Pérez, quienes esperaban el pase en soledad.
Ñuls tuvo fútbol y superó ampliamente a San Lorenzo. No ganó, otra vez empató. Y la deuda sigue sin pagarse. El consuelo es que mejoró su imagen, mantiene la diferencia con el rival de ayer y los jugadores se fueron en paz. Igual que los hinchas. Algo tan necesario como indispensable después de jornadas caóticas.