Newell's está buscando su mejor versión y necesita variantes para sorprender
Es una frase trillada, pero lo más difícil en el fútbol es conseguir la regularidad en el juego, tanto en cuanto a los rendimientos individuales como al funcionamiento colectivo.
18 de agosto 2014 · 01:00hs
Es una frase trillada, pero lo más difícil en el fútbol es conseguir la regularidad en el juego, tanto en cuanto a los rendimientos individuales como al funcionamiento colectivo. Hasta el momento Gustavo Raggio dirigió tres partidos a Newell's (ver detalle en las infografías) y como es lógico el equipo entregó cosas positivas que se deben potenciar y aspectos negativos que deberán corregirse de manera paulatina y con trabajo. Lo cierto es que hay un atenuante insoslayable que son las lesiones por accidentes en el juego que sufrieron cuatro futbolistas que bien podrían considerarse titulares. Pero igualmente el análisis no puede quedarse sólo con eso y es conveniente hurgar en cuestiones tácticas, estratégicas y de adaptación de los jugadores recién llegados. Tal vez desglosar ese combo puede aportar algunas respuestas.
El periplo leproso en el semestre comenzó por la Copa Argentina en la derrota con Talleres. Allí los rojinegros tuvieron una floja actuación individual en la defensa regalando espacios que le costaron el partido. Tampoco fue sólido el mediocampo a la hora de recuperar ni prolijo para mover la pelota con sorpresa. Eso lo hizo previsible y quedó eliminado de la competencia.
La segunda cita estuvo ante Boca en la Bombonera. Y, más allá del gran resultado (fue victoria 1 a 0), se vio a un Newell's compacto en el medio con el tridente Mateo-Villalba-Bernardi, rápido por las bandas con la trepadas de Maxi Rodríguez y el pibe Mauricio Tevez y con una sacrificio colectivo para copar los espacios por donde los xeneizes intentaban progresar. Fue una buena performance leprosa.
Y el tercer acto fue el último viernes en el Coloso. Allí Newell's no supo hacerse fuerte a partir del control de la pelota y chocó contra un Lobo platense que se defendió a pie firme y aprovechó una pelota quieta para estampar el 1 a 1 definitivo.
Hay un par de datos que vale la pena repasar. Ignacio Scocco jugó los dos últimos partidos del torneo local, pero todavía no tiene la sintonía fina que irá ganando a medida que sume minutos en cancha. Es que vino con poco rodaje del exterior y si bien conoce a la perfección el sistema de juego rojinegro aún le falta tiempo para reencontrarse con su mejor versión.
También es un hecho que las bajas de Marcos Cáceres (loxofractura en el codo izquierdo) y Milton Casco (esguince de rodilla derecha) resienten tanto la estructura defensiva como ofensiva. Porque se trata de dos jugadores aplicados en la marca, pero por sobre todas las cosas que siempre se muestran con salida criteriosa y aportan soluciones en campo contrario. Tanto Cristián Díaz como Claudio Corvalán todavía deben asentarse.
Otro dilema que se presentó fue que de local ante Gimnasia faltó juego en el medio. Y en ese partido justamente en el primer tiempo se lesionó Hernán Villalba (luxación en la clavícula derecha), un jugador al que habrá que seguir de cerca esta semana porque sería baja por lo menos el sábado ante Belgrano (sólo podría jugar infiltrado), aunque las plazos que le demandará la dolencia todavía no fueron precisados.
Raggio tampoco puede contar con Ezequiel Ponce (fractura por estrés en el pie derecho). Lo cierto es que Carozo tiene mucho trabajo para la semana. Deberá repasar conceptos en todas las líneas, pero por sobre todas las cosas lograr una tenencia de pelota efectiva que sorprenda al rival en los metros finales. Porque Belgrano también saldrá a esperar y el gasto del partido lo deberán hacer los rojinegros.