“El fútbol es como una manta corta. Si te tapás la cabeza te destapás los pies y si te cubrís los pies te destapás la cabeza”. La frase del fallecido entrenador brasileño Elba de Padua Lima, apodado Tim, lleva a discusiones permanentes sobre la búsqueda de un equilibrio. El Newell’s de Kudelka es un equipo que propone y no recurre a una postura conservadora. En consecuencia, se compromete con una idea ofensiva y asume los riesgos posibles en su arco. El problema es que el entrenador no encontró un equipo que sea agresivo en ataque. No preocupa y no tiene variantes. En definitiva, es inofensivo. Entonces aparece otro de los grandes inconvenientes de este presente. Es un conjunto descompensado. Cuando lo agreden, le llegan fácil y le convierten. Así le pasó durante el torneo. Así quedó afuera de la lucha por la clasificación a la zona campeonato.
Entre el malogrado debut contra Talleres (1-3) y la última presentación, frente a Boca (0-2), no evolucionó. Kudelka hasta repitió a los titulares de uno y otro partido, aunque utilizó otro sistema táctico. El saldo es un bajo rendimiento durante toda esta primera etapa. Apenas se rescata la producción con Lanús.
La inquietud es que no aparecen señales de un cambio. El nivel individual de los futbolistas no alcanza. Y es allí donde el entrenador requiere ser preciso en la conformación del equipo y en la idea a desarrollar. Pero no lo consigue.
En las dos primeras fechas, Talleres y Boca le dieron una lección de que es imposible enfrentarlos de igual a igual si no se les juega a otro ritmo, ya sea para atacar o para defender. La falta de intensidad en el fútbol actual es un costo alto. Kudelka consideró hasta el último partido que Pablo Pérez, Maxi Rodríguez y Scocco son titulares sí o sí, que a partir de la calidad que tienen había que sostenerlos como sea y que la tarea era rodearlos mejor para compensar el despliegue que no se encuentran en condiciones de cumplir.
Entonces dejó de lado el fútbol de posesión y toques por un fútbol vertical, modificando el 4-3-1-2 por el 4-4-2, con un doble cinco. Mandó a Sebastián Palacios a jugar más retrasado por derecha y a Panchito González por izquierda, para ganar en recorrido y velocidad por las bandas. La experiencia dio resultado ante Lanús (4-2), pero volvió a foja cero contra Talleres (1-1) y el domingo con Boca. En el último encuentro, encima no fue titular González. Ubicó en el sector izquierdo a Moreno, siendo que su juego tiene menos verticalidad. Y terminó siendo el de peor actuación de la lepra.
Los toques intrascendentes, sin pases entre líneas, sin gambetas, en definitiva sin profundidad, hicieron de Newell’s un conjunto que generó muy poco y que le costó provocar peligro.
De mitad de cancha hacia adelante resultó inofensivo. Hacia atrás, la lepra fue inestable. Retrocedió lento y mal. Los volantes y delanteros no se convirtieron en el primer dique de contención del rival y le llegaron con pelota dominada. Entonces afloró otra vez el pobre nivel de los futbolistas de atrás. En el mano a mano, perdieron seguido. Julián Fernández no le dio una mano a la última línea. Gabrielli y Bíttolo no se afirmaron por las bandas, Fontanini tampoco en el fondo. Gentiletti volvió a mostrar una imagen muy distinta a la de la temporada anterior. No impone presencia.
Para colmo, la garantía que siempre fue Aguerre se perdió desde la segunda fecha cuando el uno se lesionó. Macagno arrancó bien en el torneo, pero tuvo un partido poco feliz en la Bombonera.
Kudelka no tiene variantes en abundancia afuera del equipo. No existe el futbolista salvador a mano. Pero puede recomponer el funcionamiento. “El equipo hoy tiene mucha pasividad”, dijo con sinceridad tras la caída con Boca. Hasta acá es indudable que los planteos que probó no le dieron resultado y los jugadores no hicieron lo que pretendía. Algo tendrá que cambiar para salir a flote y encarar con una mejor perspectiva la zona complementación.
Nadalín es el cambio lógico por Gabrielli
La tarjeta roja de Angelo Gabrielli contra Boca obligará a buscarle reemplazante. No hay mucho misterio. Facundo Nadalín es el marcador derecho suplente y el encargado de ocupar ese puesto vacante para el cierre de la primera etapa clasificatoria, contra Lanús en el Coloso, el domingo 6 de diciembre, a las 21.30.
Nadalín fue titular contra Lanús en el conurbano bonaerense debido a que Gabrielli tuvo síntomas y se lo definió caso sospechoso de Covid-19. Y volvió a estar desde el inicio ante Talleres en el Parque porque el uruguayo no ha-bía entrenado con normalidad y fue al banco.
Además de la búsqueda de un sustituto de Scocco, por la fractura de clavícula, no hay que descartar más modificaciones considerando el flojo desempeño del equipo para recibir a Lanús, que necesita de un triunfo o un empate y que Talleres pierda con Boca por más de tres goles, para clasificar a la zona campeonato.