La ilusión de Newell's de meterse en los octavos de final de la Copa Sudamericana llegó a su fin. Empató con Atlético Goianiense por 1 a 1, y terminó tercero en el grupo F. Ahora, entrará en el receso, que para el club es sinónimo de tiempo de definiciones. A la cabeza asoma la decisión sobre la continuidad del entrenador Germán Burgos.
El rojinegro se despidió del torneo continental dejando una mejor imagen. Tanto en la noche de este martes ante el elenco brasileño como la semana pasada en el triunfo sobre Palestino por 3 a 1. Así al Mono Burgos se le abre un poco la puerta que, tras la eliminación de la Copa Argentina luego de la derrota ante Sarmiento y después de la caída en el clásico con Central, parecía totalmente cerrada.
Este martes La Lepra entregó señales positivas con un equipo plagado de pibes, que demostraron estar a la altura. Al igual que ante los chilenos. Y quizás ese sea el argumento más sólido que tenga el DT para mantenerse en el cargo. Capítulo aparte para el hecho de que relegó a muchos jugadores de peso.
En cuanto a los 90', el local intentó imponer su repertorio de arranque. Al principio le costó. Jugó cerca del arco de Aguerre. Pero con el correr de los minutos comenzó a manejar mejor la pelota, tuvo más volumen de juego y consiguió profundidad.
Levantó la bandera del protagonismo, pero pagó el costo de las pretensiones. Porque el elenco brasileño respondió con velocidad y lo obligó a cortar jugadas para frenarle los avances. Así, rápidamente se cargó de amarillas.
Condicionados por las tarjetas, el rojinegro perdió en rigidez de marca y Goianiense empezó a jugar más cómodo. Así consiguió más espacios, y mayor profundidad. Pero ninguno pudo quebrar el cero en los primeros 45'
La tesitura del partido cambió en el complemento. Porque la palabra urgencia empezó a sobrevolar el parque Independencia. Y Newell's de a poco se vio obligado a empezar a arriesgar.
Y la moneda cayó para su lado. A los 55' el pibe Giani pisó fuerte en el área y, tras un rebote que él mismo generó, se llenó la garganta de gol.
Así, entre la necesidad de Newell's -que debía hacer varios goles- y de los brasileños -que debían ganar o al menos empatar para tener chances de avanzar de fase- el partido se hizo de ida y vuelta. Con llegadas claras sobre los dos arcos. Cada avance tenía peligro de gol.
En ese intercambio de golpes Goinaniense agarró al fondo del local mal parado y a los 74' empató el partido con una definición de Gomes ante la salida de Aguerre.
Newell's acusó el golpe. Entendió que su suerte estaba prácticamente echada, ya que tenía apenas 15 minutos para hacer tres goles y seguir esperando una mano de Palestino.
Con el correr de los minutos se desdibujó. Siguió yendo para adelante, pero sin juego ni criterio. Así, de a poco fue "olvidando" todos los argumentos futbolísticos que había tirado sobre la cancha un puñado de minutos antes.
No hubo mucho más. Algunas insinuaciones y un tiro en el palo de Fernández en el cierre, tras una jugada de Belluschi. Pero la historia solo hubiera cambiado en el plano de las sensaciones.
El rojinegro se terminó yendo de la Copa con la frente en alto. Con dos actuaciones que entregan optimismo y que en cierta medida disimulan el flojísimo papel que venía mostrando hasta esos partidos, en los que casi nunca estuvo a la altura de lo que se esperaba. Ahora es tiempo de parar la pelota. Y llegarán las definiciones. Burgos aseguró que se quiere quedar y que está "enamorado" de Newell's. Habrá que ver si ese sentimiento es correspondido en los hinchas y, sobre todo, en los dirigentes que son los que tienen la última palabra.