eLa resignación invadió a todo Newell’s. No había consuelo. Falló en la última fecha, siendo incapaz de asegurarse por sí mismo la clasificación a los cuartos de final, con ese triunfo que le aseguraba el acceso a los playoff sin fijarse en cómo les iba a los otros contendientes por las dos plazas que todavía quedaban vacantes de la zona A. En el bosque platense ni siquiera usufructuó el gol de vestuario de Pablo Pérez. Su acto, ahora sí final, en la Copa de la Liga fue deslucido y sucumbió sin atenuantes por 3 a 1 frente a Gimnasia, al que tampoco le sirvió el triunfo por otros resultados que le marcaron la despedida del torneo. Ya habrá tiempo para reconfortarse con una campaña aceptable, por encima de lo esperado. Hoy la sensación es de amargura.
Javier Sanguinetti mandó a la cancha a todos sus mejores futbolistas. En ese sentido, no hay margen para las excusas. Si hasta había cuidado a varios y no los hizo jugar el miércoles contra Ituzaingó por la Copa Argentina, mientras que a los menos los había exigido poco o nada la fecha anterior de la Copa de la Liga contra San Lorenzo. De todos modos, quedó en evidencia que la inactividad le pasó factura a Juanchón García. Claro que pensar que la clasificación no se dio por el bajo nivel del 9 sería una injusticia. Nadie jugó a la altura de lo que estaba en juego.
Las señales de que Newell’s ofrecía ciertos flancos débiles en el funcionamiento colectivo la dio en la caída contra San Lorenzo por 2 a 1 en el Coloso en la presentación anterior. Tres puntos que a esta altura se lamentan, conociendo el final de la película. Pero la confianza que reinaba, justificada de por sí, se sustentaba en el rendimiento del equipo durante el torneo, siendo sólido, intenso y efectivo. Se sabía que la exigencia de visitar a Gimnasia requería desarrollar un papel acorde a tal desafío. Y, por el contrario, hizo todo mal.
O quizás no tanto, al menos al principio. Pablo Pérez le entró con enorme justeza a una pelota que le entregó Nicolás Castro y la lepra lo ganaba a partir de una jugada elaborada por dos de los que más dependía la lepra para la elaboración de juego. Todo se evaporó demasiado rápido, la victoria parcial y la supremacía en el desarrollo del partido. Pero los dos talentosos mencionados luego no fueron tales. Además, Juanchón García, en dos ocasiones, y Garro, dilapidaron ocasiones muy favorables y el resto falló en cuestiones puntuales.
El gol de Ramírez que estableció el 1 a 1 deparó una de las caras más flojas del conjunto rojinegro en el torneo. Fue vulnerado, especialmente por las bandas, y de ser el elenco aguerrido y luchador de costumbre se convirtió en uno débil y desorientado.
Nadie paraba a nadie. Ni adelante, ni en el medio, ni atrás. Gimnasia lo fue metiendo contra el arco de Arboleda y la visita no fue capaz de salir de tal situación. Alemán construía todo lo que se proponía, Sosa y Carbonero eran trombas por los extremos, Cardozo pisaba fuerte en el medio. Contra ellos, Newell’s no le encontraba la vuelta y defeccionaba. Estaba partido y desordenado.
La pérdida de una línea de juego y, ante todo, la falta de orden fue llamativo para un equipo que se caracterizó por eso. No la tuvo en el momento que más lo requería para cerrar esta etapa del torneo con la clasificación a cuartos de final, lo que parecía un premio a lo realizado hasta acá. Ni siquiera estuvo cerca de un empate como para especular con lo que sucedía en otras canchas con Defensa y Justicia y Argentinos, quienes finalmente avanzaron a la siguiente instancia como tercero y cuarto, respectivamente. Lejos, muy lejos quedó Newell’s de conseguirlo por lo realizado en el bosque platense. El balance positivo, considerando lo conseguido anteriormente, merecerá otro enfoque más adelante. Por esas horas, los sentimientos son negativos.
Sólo clasificaba ganando
El plan de Newell’s de viajar directo a Buenos Aires si clasificaba a los cuartos de final, para esperar el partido contra Boca o Estudiantes por esa instancia, se esfumó. Y vale la pena recordar, aunque ahora es una herida abierta con la derrota, que la lepra dependía de sí mismo para ingresar a los playoff. Con un triunfo ante Gimnasia, se aseguraba el tercer puesto. Y si empataba, tenía que esperar que solamente gane Defensa y Justicia o Argentinos, no los dos. Y lo que finalmente sucedió es que ganaron ambos, por lo que a la lepra no le hubiera servido de nada conquistar un punto en La Plata.
Defensa y Argentinos culminaron con 25 puntos, Gimnasia con 24 y Newell’s con 23.
Sarmiento de Junín era otro que tenía chances matemáticas, pero muy remotas, y encima perdió. Finalizó con 21. Así, todo se resolvió en esta última fecha.