Newell's no pudo cerrar la temporada como pretendía. Es que llegó al bosque platense con la expectativa de conseguir un buen resultado para despedirse del torneo con mejor semblante con el que lo transitó. Pero no lo pudo lograr. Porque si bien tuvo algunos buenos momentos, tuvo distracciones letales en el fondo y Gimnasia, con pocos argumentos, se lo facturó y le ganó 2-0.
El Lobo, que hacía diez partidos que no ganaba, aprovechó las ofertas que le dio el fondo leproso en las pelotas cruzadas y terminó sacando provecho de la pelota parada, en el primer gol, y el segundo después de un saque lateral. Demasiado para este fútbol profesional que hoy se juega en Argentina.
Es cierto que tuvo un par de chances como para igualar el partido y para cerrar de mejor manera un discreta temporada, más allá de la mejoría que evidenció el equipo, pero no estuvo fino en la definición y terminó cosechando otra derrota de visitante (en los últimos ocho partidos perdió 7 e igualó el restante).
Newell's se mostró más ambicioso en visita al bosque platense, donde juega con Gimnasia, pero le falta volumen de juego y, por ende, profundidad.
Y en contraposición, Gimnasia, teniendo menos tiempo la pelota, tuvo un par de chances. En la primera al iniciar el partido, cuando el arquero Ibáñez se anticipa a Nicolás Contín.
Y en otras aproximaciones de Dibble, que los laterales alcanzaron a disipar el peligro para el arco rojinegro.
En medio de un primer tiempo parejo, en el que se luchó más de lo que se jugó, pero con los dos pensando, con sus armas, en el arco rival.
Así lo tuvo Lorenzo Faravelli, con un disparo desde fuera del área, que se fue por arriba del travesaño.
La más clara del partido fue de Newell's, cuando Luis Leal entrando por atrás de todos cabeceó al palo un muy buen centro de Figueroa.
Pero en el cierre, Faravelli metió un centro bárbaro y Nicolás Ortiz, el hijo del DT interino del Lobo, apareció por el segundo palo para empujar el balón al gol.
En el arranque del complemento, De Felippe metió a Alexis Rodríguez por el chico Varela y salió a buscar más decidido el empate. Y el cambio en parte surtió efecto, porque Leal tuvo el empate al tocar por encima de la cabeza del arquero Arias que reaccionó bien, tras un buen pase de Rivero.
El tiempo pasaba y el rojinegro seguía buscando el empate con sus armas, más ímpetu que fútbol, más determinación que concreción y al final Gimnasia lo aprovechó y en una contra que Ezequiel Bonifacio definió bárbaro para marcar el segundo y volver a la victoria después de varios partidos.
Fue un duro castigo para un equipo que hoy volvió a dar muchas ventajas en el fondo y que terminó cerrando con una derrota una mala temporada, en la que recién tuvo una mejoría en el final con la llegada de De Felippe, pero que no le alcanzó para matizar el mal funcionamiento que tuvo a lo largo de la temporada.