El primer empate de la era Torrente no puede ser analizado como un punto negativo. Todo lo contrario. En esta realidad volcánica que atraviesa Newell’s, el 1-1 de anoche con Olimpo, en Bahía Blanca, es un gesto aliviador que despeja cenizas de inquietud y quita penas.
En un escenario que estaba bajo la lupa de todo el fútbol argentino, Newell’s no se corrió de foco, hizo su parte y cumplió con su libreto sin ceder ante las especulaciones externas. Por eso, la unidad que se llevó es una auténtica muestra de carácter que supo salir a la luz aún en un período de evidente crisis.
El primer tiempo fue de vuelo muy bajo. Olimpo nunca supo hacerse cargo de sus obligaciones y sólo complicó a Newell’s con pelotazos a espaldas de los zagueros que mostraron muchas dudas a la hora de despejar el peligro.
Los rojinegros trataron de reducir la dosis de riesgos atrás y respondieron aisladamente con los arranques de Cristian Díaz por derecha, la picardía en los desbordes de Sperduti y alguna solitaria corajeada de Falcone. Nunca tuvo ideas detrás de sus intenciones y eso se reflejó en la floja tarea de Tonso para dar volumen de juego.
Si bien los equipos no tuvieron claridad para arrimar peligro con seriedad, contaron con chances. Los aurinegros complicaron con centros cruzados y estuvieron cerca a los 14’, pero Bareiro no aprovechó una pelota sucia en el área, casi en la cara de Peratta.
La Lepra pudo sacudir la paridad con un cabezazo de Falcone (22’) y con un lejano tiro libre de Sperduti que reventó el travesaño.
El complemento fue otra historia. En el inicio Mateo tomó a Maggiolo en el área durante un tiro libre y Rolle transformó el penal en el 1-0 con un toque suave, cerca del caño derecho de Peratta.
Parecía que el partido se le acomodaba a las intenciones y las necesidades de Olimpo. Pero de a poco Newell’s fue adquiriendo mejor forma, se adelantó en el campo y puso en aprietos a su rival con más decisión y con el ingreso de Velasco desde el banco, quien ayudó con su atrevimiento.
Por eso no extrañó que a los 19’ de esa etapa llegara a la igualdad con un cabezazo de Fideleff tras una jugada en la que el mismo Nacho avisó de cabeza, después Sperduti exigió a Tombolini y finalmente el defensor consiguió una conquista que fue un baño de tranquilidad para todos los leprosos.
Después de ese tanto, Newell’s controló con sus redes a su adversario y tuvo oportunidades para lastimarlo otra vez. Pero no estuvo fino. Del otro lado, Olimpo tuvo las suyas con los cabezazos de Salom y Domínguez, cuando la desesperación era la dueña de sus ambiciones. Pero la igualdad no se modificó. Y los rivales del equipo bahiense en los promedios (sobre todo River) fueron los que más festejaron.
Así, después de una semana conflictiva en la que el fútbol quedó de lado por la barbarie, Torrente y los suyos se llevaron un empate que sumó crédito y restó nerviosismo en el tramo de cierre del Clausura. Por eso, la ecuación para Newell’s fue más que positiva.
Dos más de inferiores
Otros dos pibes de las divisiones inferiores debutaron en el primer equipo leproso y ya son diez en la temporada 2010/2011. Anoche ante Olimpo primero le tocó la chance a Guillermo Ferracuti, quien actuó sobre el carril izquierdo con un rendimiento aceptable y de menor a mayor, tanto que en la parte final se animó a proyectarse al tener bien marcado a Casais. Y en el segundo tiempo llegó el momento para el delantero Maximiliano Velasco, quien entró para formar una línea de tres atacantes en busca de alcanzar la igualdad y luego quedó acompañando a Sperduti. Exhibió potencia y atrevimiento.