Sólo el tiempo dirá realmente si la derrota que sufrió Newell's contra Deportivo Lara será el inicio de una etapa de crisis para el ciclo de Gerardo Martino. De lo que sí hay plena certeza es que pocas veces el equipo sintió una sensación de vacío tan profunda como la que se trajo desde Venezuela. Ovación compartió el vuelo de vuelta desde Barquisimeto hacia Rosario con la delegación rojinegra, y los rostros de los jugadores, de los integrantes del cuerpo técnico y directivos retrataron esa impotencia que agobia a las personas cuando interiormente saben que no se hizo todo para revertir la historia. Por eso el plantel y el Tata, principalmente, no necesitan que nadie les explique que el equipo no rescató nada porque lució errático en defensa, tieso para generar juego y agarrotado en lo anímico. Fue tan acartonada la propuesta que nadie tuvo la decisión de tomar el toro por las astas para que los demás se encolumnaran detrás suyo. De ahí que todos coinciden, aunque no lo dijeron a viva voz, que el jueves les faltó como nunca ese juego colectivo que tantas veces sacó al equipo de situaciones apremiantes.