La imperiosa necesidad de que la actividad turfística retome el ritmo habitual motivó el banderazo realizado el pasado viernes a lo largo y ancho del país. San Isidro, Palermo La Plata, Rosario, Mendoza, Gualeguay, Córdoba, Río Cuarto, Bell Ville, Villaguay, Gualeguay, Gualeguaychú, Venado Tuerto, Mar del Plata y La Pampa, entre otros, fueron algunos de los escenarios donde los trabajadores del turf se autoconvocaron para pedir por el regreso de las carreras. Todos se juntaron en forma pacífica, en su mayoría respetando la distancia social, con el fin de solicitarle al gobierno nacional que vuelvan las carreras. Elevando carteles representativos, los allí presentes hicieron notar la importancia que tiene la industria del turf en la generación de puestos de trabajo, logrando una repercusión por parte de los medios periodísticos nacionales y provinciales, que se hicieron eco del reclamo manifestado por los trabajadores del turf.
En cuanto al Independencia, un buen número de profesionales y trabajadores del turf dijeron presente en las instalaciones del hipódromo local, entre ellos el secretario general de jockeys y cuidadores, Francisco Arcando, quien realizó un análisis tras la movilización.
¿Qué balance hace luego del reclamo para que retornen las carreras?
En líneas generales resultó positivo, varios centros hípicos del país se concentraron con un solo objetivo: que tengan en cuenta a la actividad, que como ya es sabido está paralizada desde que se implantó la cuarentena. Todos los trabajadores nucleados dentro del turf están sufriendo el cimbronazo de esta pandemia. La ausencia de competencias repercute notoriamente en los bolsillos de jockeys, cuidadores y vareadores, ya que ellos perciben comisiones por las actuaciones, es el único ingreso que tienen y por ende se necesita que se reactive la actividad.
¿Cómo hacen para subsistir con esta pausa obligada?
Ese es el gran problema. Los jockeys no tienen sueldo, sus recursos los obtienen cuando hay carreras. En el caso de los entrenadores, reciben un ingreso por el cobro de pensión, algo que les permite paliar en parte la difícil situación actual.
¿Recibieron alguna ayuda por parte del gobierno o de las autoridades municipales?
Son pocos los que pudieron lograr el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). La mayoría no consiguió que se los incluyera. Tanto los jockeys como los cuidadores son monotributistas y debido a sus categorías no calificaban para percibir esa ayuda económica.
Los jinetes están trabajando en las mañanas, que a la luz de los acontecimientos no es poco.
Sí. Se consiguió que se abra la pista para el vareo y de esa manera tanto ellos como los ejemplares pueden mantenerse en training. No es mucho pero al menos ayuda para que los caballos sacudan los músculos y de esa manera evitan alguna lesión.
Rosario no sufrió tanto el virus, ¿eso permite tener alguna esperanza de que pronto se pueda volver, o depende de San Isidro o Palermo?
Dependerá de la flexibilización que se logre en cada lugar. Somos conscientes de que si la provincia se mantiene sin casos de infectados tendríamos la posibilidad de que se reanuden las competencias. Algunos hacen hincapié en el centro de aislamiento que se encuentra enclavado en el hipódromo, pero es secundario. Primero porque -gracias a Dios- no hay personas alojadas y por otro lado, correr sin público sería lo mismo que un día habitual en el que se realizan los vareos, no alteraría lo que se está llevando a cabo. Mientras se respeten los protocolos, como se viene efectuando hasta el momento, no afectaría el normal desenvolvimiento. Se solucionaría con la permanencia de pocas personas que acompañen al caballo participante, por ejemplo con que asistan el cuidador, jockey, peón y un propietario estaría bárbaro. De esa manera se mantendría el aislamiento y se podría correr.
En el banderazo, uno de los entrenadores mencionó la posibilidad de que se corran extraoficiales.
Todo lo que se haga en favor de la actividad será bienvenido. Las formas se pueden implementar, se puede charlar, buscar alternativas. El tema es que se restablezcan las carreras, no sólo para que compitan los ejemplares, sino para que también haya un ingreso del producido por dichas carreras y que sirva para los que lo necesitan.
En caso de que sea viable, ¿cómo se generarían los premios?
Se podría llegar por intermedio de un aporte de los propietarios por cada caballo que participe, como suele acontecer en las jornadas que se corren las no computables, y con la colaboración de la Sociedad del Estado Municipal Hipódromo Rosario (Semhr). Sería un aporte importante que podría llegar a pactarse. Tengo entendido que estaba contemplado dentro del presupuesto que tienen las autoridades del hipódromo.
¿Se tendría en cuenta la bolsa de premios que destinaban a las extraoficiales?
Podría ser. Las alternativas habría que verlas. Primero hay que lograr la autorización para desarrollar las reuniones, que es lo más importante. También se podría gestionar a través de Palermo y San Isidro, ya que cuentan con las herramientas necesarias. Ellos disponen del sistema y se podría apostar mediante su red de agencias.
De acuerdo a su visión, ¿cree que va para largo?
Sinceramente no lo se. Creo que de continuar sin casos en la ciudad existiría la chance de competir. Es más, sería por la gran necesidad de los trabajadores del hipódromo, quienes están supeditados a que haya carreras para poder subsistir. Los patrones también están en sintonía, porque para mantener el parque caballar les urge que haya carreras, porque si no hay actividad la mayoría tratará de llevárselos, debido a que los costos son muy abultados y se hace difícil tener un caballo en el hipódromo.